Empezamos por la Cima

23/08/2022
 Actualizado a 23/08/2022
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Paseo por el parque del Temple en abierto, sin murallas, entrando el aire por los cuatro costados para que Ponferrada presuma de pulmón con vértices de carreteras ahumadas. Hay otro enjambre del mismo tenor, el Plantío, al que, en parte, también se le cayeron las paredes y la cerradura que por las tardes recibía las dos vueltas de seguridad de su cuidador. Fueronlos enclaves que vieron nacer una Ciudad Mágica que tocaba Cima en cuanto vio la luz. Todo se abría y coger aire se convertía en algo nuevo. Como aquel proyecto infantojuvenil en el que conciliar a esas generaciones a las que los padres obligaban a salir juntas, con morros bajo palio, claro. «Si sales te llevas a tu hermano». Eso fastidiaba cualquier ensoñación. Pero en Cima la sonrisa presidía todo. El hermano se convertía en costurero de los juegos distribuidos en pequeñas estaciones de divertimento. El mayor tomaba el bastón de mando para responsabilizarse de ellas y lo hacía mudando el ceño, ahora descosido. Cima ofrecía una alternativa de ocio y sociabilizaba, el verbo que nos ha robado un teléfono y la estupidez de creernos que en soledad somos más fuertes. La unión de más de dos se corrige en ondas, las únicas que siguen paseando de la mano por una wi-fi que se ha convertido en la mejor amiga del no ser. Pero, en el hueco de la esperanza sigue Cima, entrañable abuela perenne. Para los que asaltamos ya el barco de la cuarentena, esa Ciudad Mágica siempre despliega un abrazo y, tal vez, su tatuaje en el presente. De ella recuerdo el taller de «prensa». Con nueve años estampaba mi firma en un pequeño periódico parido de ese espacio que solo usaba la moviola del boli Bic y los folios en blanco, acompasando el tipo de letra con el baile de una regla. Recuerdo la visita de los recién casados Colomán Trabado y Marta Cantón a ese cuadrado de historias que empezaban a dibujarse. Representaban un viaje de majestades para los que teníamos que relatarlo en aquellas páginas volanderas que pusieron columnas al «qué quieres ser de mayor». Pilares a los que algunos nos agarramos hasta ser lo que somos, Cimas de suelo y mecánicos de aquel taller en el que se «prensaba». Hoy, la fotografía de pasado regresa para que no olvidemos que venimos de esosparques abiertos, donde también se «pensaba».
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