Elverum - Abanca Ademar: 'Ganar y confiar en la lógica para estar de nuevo entre los mejores de Europa'

Hace cinco temporadas que el Abanca Ademar no peleaba por estar entre los 16 mejores equipos de Europa. En aquel entonces el equipo leonés alcanzaba los octavos de final de la mejor competición de clubes del mundo y caía claramente eliminado ante el Vezprem antes de sumirse en una profunda crisis que amenazó incluso con la desaparición del club y de la que a pesar de estar aún en pleno proceso de recuperación, lo hace con la oportunidad de volver a luchar por estar en ese exclusivo grupo de clubes del Viejo Continente.

Probablemente, por presupuesto y actuales posibilidades más allá de la garra y la competitividad ya demostradaque pueda ofrecer el equipo de Rafa Guijosa, seguramente ese sea su tope hoy en día y es por eso que lo que se juega el Abanca Ademar en la pequeña pero llena de historia localidad noruega de Elverum es su particular final de la Liga de Campeones.

La expedición leonesa perdía su enlace a Oslo por la niebla y llegará a Elverum horas antes del partidoPorque más allá de cualquier otra condición, si los leoneses quieren enfrentarse al Montpellier en ese ‘playoff’ previo a los octavos de final deben ganar al Elverum en un partido en el que a ese posible premio de la clasificación se le une el de saldar cuentas con un equipo que en el partido de ida le sacó los colores al Abanca Ademar, que cayó ante su afición por un claro 26-30. Un resultado que obligó desde entonces a los de Rafa Guijosa a remar a contracorriente, logrando finalmente llegar a esta última jornada con posibilidades aunque sin depender de sí mismo.

Y es que de poco servirá el triunfo del Abanca Ademar si a ello no le acompaña el del Skjern ante el Gorenje Velenje. Los daneses se juegan el primer puesto y los eslovenos la segunda plaza y si bien un empate le sirve a los dos para lograr sus respectivos objetivos, la lógica invita a pensar que los locales no especulen en ningún momento con el resultado y hagan exactamente lo mismo que han hecho con el resto de rivales que han pisado su cancha: superarles con claridad.

Quien no se juega nada es el Elverum, que curiosamente quedó eliminado con la derrota del Abanca Ademar ante el Skjern en la penúltima jornada. Sin embargo, el equipo noruego no saldrá ni mucho menos a regalar el partido. Tras caer este miércoles en un duelo clave por la liga ante el Arendal (30-31) en el mismo escenario en el que se disputará el encuentro, el técnico Michael Apelgren ya dejó claro en la previa que su equipo saldrá a por todas «ya que nos jugamos batir el récord de puntos de este club en Liga de Campeones y eso es suficiente como para dejarnos todo en la pista».

El vestuario se quiere blindar de lo que ocurra en Skjern y no sabrá nada hasta que termine su partidoSus argumentos para ello ya quedaron claros en León, con el central Fredriksen, los laterales Poklar y Hanisch, el pivote Borresen y los extremos Gulliksen y Lindboe (nombrado mejor jugador de la pasada jornada en Liga de Campeones) como principalespeligros.
Por su parte el Abanca Ademar inició el viaje con las bajas ya conocidas de Jaime Fernández y un Predrag Vejin del que aún nada se sabe, una circunstancia que ha llevado a la convocatoria al juvenil Casqueiro, que ya participó al principio de la temporada con el primer equipo.

El triunfo ante Granollers ha supuesto toda una inyección de confianza para el conjunto leonés, que tiene toda la confianza puesta en poder regresar a León con la clasificación bajo el brazo. Extramotivado estará un Sebas Simonet que tras anotar el gol del triunfo este miércoles tiene ante sí la oportunidad de enfrentarse a su hermano por un puesto en los octavos de final de la ‘Champions’, el sueño de toda una vida que no quiere dejar escapar.

Todo ello... si el equipo leonés consigue llegar a Noruega. La expedición partía de León de madrugada para coger en Madrid un avión que debía llevarles a Oslo previa parada de apenas 50 minutos en Amsterdam. Sin embargo la intensa niebla registrada n el aeropuerto de Schipol que canceló cerca de 60 vuelos retrasaba una hora el aterrizaje del avión que transportaba al equipo leonés, que perdía su enlace a Oslo.

El club leonés pedía entonces el aplazamiento del partido al lunes, ya que la ausencia de plazas en vuelos previos obligó al equipo a hacer noche en tierras holandesas (a excepción de parte del cuerpo técnico, que sí tuvo espacio en un avión y durmió ya en Noruega) y viajar en la misma mañana del partido estando prevista su llegada a Elverum al mediodía, apenas unas horas antes del partido.

Un hándicap más para tratar de lograr una clasificación cuya dedicatoria tiene ya un claro destinatario.