Elogio de las sombras

26/01/2016
 Actualizado a 01/09/2019
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Adoramos la luz, detestamos las sombras, y, sin embargo, la gran mayoría de los mortales somos habitantes de las sombras, hijos de las sombras... sombras.

Enla sombra de las sombras vivimos. La luz de las luces no deja descansar a quienes se han comprado una parcela en su paraísos.

Olvidamos que en las sombras de los mejores bosques viven los urogallos. Olvidamos que en las sombras de las noches paseande la mano los adolescentes recién enamorados. Olvidamos que en las sombras de los banquillos se sientan chavales llenos de sueños a los que cierranel paso figuras que jueganpor decreto y contrato. Olvidamos que estos soñadores esperansu momento para dejarse la piel en el campo mientras las figuras deambulan por el césped enfadados si no les pasan la pelota, pero están tocados por la varita de la injusticia y la gloria les espera. Y los aficionados a la puerta con las camisetas para ser firmadas...

Y los habitantes de las sombras pasan anónimos a su lado y sueñan conser un día la luz, con disfrutar de la injusticia, con sentar a la sombra a otro que sigue su camino, con firmar en la camiseta de algún niño que le espera a él mientras deja pasar de largo a la nueva sombra.

Es la eterna injusticia de no saber dónde están los nuestros.

Es la eterna aspiración de nunca querer ser sombras.
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