Elena Aguado: "El carácter popular hacía a la Fundación distinta a la ILE"

La profesora imparte este martes una conferencia sobre ‘La Institución Libre de Enseñanza y la Fundación Sierra Pambley’, donde analizará los parecidos y diferencias entre ambas instituciones

Fulgencio Fernández
29/12/2015
 Actualizado a 12/09/2019
Grupo de alumnas de la Escuela de Niñas de la Fundación Sierra Pambley en Hospital de Órbigo, del año 1928. | ARCHIVO DE LA FUNDACIÓN SIERRA PAMBLEY
Grupo de alumnas de la Escuela de Niñas de la Fundación Sierra Pambley en Hospital de Órbigo, del año 1928. | ARCHIVO DE LA FUNDACIÓN SIERRA PAMBLEY
Elena Aguado, profesora titular y vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras de la ULE,  imparte la conferencia ‘La Institución Libre de Enseñanza y la Fundación Sierra Pambley’. "Lo que voy a hacer es relacionar las dos historias, más bien repasar la evidente vinculación que tuvieron".

Señala la profesora Aguado que dividirá su exposición en dos partes. "Primero analizaré porqué nació la Institución Libre de Enseñanza (ILE), incardinada dentro de la historia de la Restauración en España, y cómo se produjo así aquella Edad de Plata de la Cultura. Creo que hay que reconocerles la inteligencia de aprovechar una idea existente en países como Suiza  de crear una institución libre para enseñar y formar, desde la Universidad, una elite intelectual".

El gran acierto de la Institución Libre fue ser independiente pero usar el sistema público Pusieron en marcha esta idea en el curso 1876-1877 pero "pronto se dieron cuenta de que aquella idea no era viable en España y reaccionaron con rapidez, tanto que en el curso siguiente (1877-1878)ya repitieron la idea pero dirigida a la enseñanza Primaria y Secundaria".

Elena Aguado cree que una de las claves del éxito de la ILE estuvo en la acertada visión de gente como Giner de los Ríos , Gumersindo de Azcárate, Salmerón... al explotar la posibilidad de "actuar desde la independencia pero utilizando el Sistema. Se apoyaron primero en el Partido Liberal y Sagasta, aprovechando el turnismo con el Partido Conservador de Cánovas, pero con el tiempo colaboraron con ambos y con muy buenos resultados. Fueron conscientes de que para influir en el País necesitaban una onda expansiva que una institución privada".

Uno de los primeros éxitos de la colaboración fue lograr la reposición a su trabajo de los catedráticos expulsados, los Giner, Salmerón, Azcárate, Augusto González, Linares, Laureano Calderón... "No sólo regresaron a la cátedra y recuperaron su prestigio académico, fue importante su prestigio moral, el reconocimiento de su postura valiente de resistir durante seis años frente a las imposiciones de un Gobierno que sólo quería enseñanza religiosa o poco más".

La Sierra Pambley tenía el mismo tronco ideológico de la ILE pero carácter popular Así fue creciendo su influencia desde el ámbito universitario y, por ejemplo, se crea el Museo Pedagógico Nacional para formar a los maestros rurales. "Cambiar el país por la enseñanza".

Insiste Aguado en que el gran mérito fue crear un instituto libre pero interviniendo en la enseñanza pública.

Y en ese ámbito nace, en 1885, la Fundación Sierra Pambley de  la mano de los Giner, Cossío, Azcárate... "Aquí hay que introducir un matiz que me parece importante: La Fundación Sierra Pambley nace del mismo tronco ideológico que la ILE pero con una gran diferencia, no nace para una minoría selecta sino como una escuela de Formación Popular, una escuela profesional cuando no existía la Formación Profesional. Y este experimento nace aquí, en Laciana, y se va extendiendo por aquellos lugares donde el fundador, Francisco Fernández Blanco, tenía posesiones:Hospital, Tábara, León...".

La idea inicial era crear una élite en la Universidad pero era inviable en España Y ahí Aguado defiende además una tesis propia:"Los institucionistas crean este ‘instrumento’ para estar presentes en la cuestión laboral, en lo que llaman el conflicto obrero desde la Educación a través de la Comisión de Reformas Sociales. Tenían claro que hacían falta leyes obreras pero también la formación integral de los trabajadores, incluso en varios oficios". Y se apoya en el Informe de Pedregal sobre asuntos como "la estructura de las Escuelas de Artes y Oficios de 1884".

Recuerda Elena Aguado que esta implicación con el medio rural tenía una vertiente de invistigación, que propició iniciativas como "las fábricas de mantequilla y queso, de gran éxito, incluso se pensó en una Escuela de Minas en Laciana, pero ya era 1935 y la guerra civil arrasó con todo".
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