El Zaragozano leonés

Un arquitecto leonés publica su calendario para faenas agrícolas y de construcción

Fulgencio Fernández
14/01/2018
 Actualizado a 15/09/2019
Todo tiene explicación en los viejos saberes tradicionales, como cuándo cortar la leña, en una época para la construcción y en otra para quemar. | MAURICIO PEÑA
Todo tiene explicación en los viejos saberes tradicionales, como cuándo cortar la leña, en una época para la construcción y en otra para quemar. | MAURICIO PEÑA
'El calendario de la Agricultura y la Construcción’ de Paco Alonso, ya un clásico de estas primeras fechas del año, es un manual de respuestas a esas preguntas que tantas veces nos hacemos pues se va perdiendo el referente de quienes lo sabían: ¿Cuándo se corta la madera para leña y cuándo para quemar?, ¿en qué época se injerta?, ¿cuándo se plantan los diferentes productos de nuestra huerta?, ¿se puede pintar en cualquier época del año’, ¿hemos olvidado las propiedades, no solo curativas, de nuestras plantas?... y un largo etcétera.

Allí está la respuesta. Allí encontrarás, por ejemplo, las características de la famosa cola de caballo: «Planta entera menos raíz. En decocción, hervir 1 hora. Se le puede añadir, silicato de sosa ypreviene enfermedades criptogámicas en frutales, hortalizas y ornamentales (pulverizar cada 10 o 15 días). En caso de ataque 3 días seguidos a pleno sol. Contra todos los hongos, pulverizando los troncos. Contra la araña roja en frutales y hortalizas, se pulveriza en días consecutivos a pleno sol. El purín más jabón de potasa se usa contra ácaros y pulgones. El purín de cola de caballo más purín de ortiga, para reforzar las plantas frente a plagas y enfermedades y, finalmente, amasada la infusión de cola de caballo con arcilla, para el embadurnado de los troncos y untar heridas».

Sólo esta planta. Como ella habla de otros insecticidas biológicos, como el ajo, la cebolla, capuchina, jabón liquido, lavanda o espliego, manzanilla, diente de león, valeriana, ortiga...

Recuerda viejos usos de construcción, como el adobe, para el que recuerda que la tierra que se va a usar, «en menguante se amontona la tierra donde se dejará al tempero del invierno, o se cava el barro y se tritura para dejarlo al sol».

Hace el calendario un repaso mensual y recuerda en cada fecha para qué es propicia. Por ejemplo, en este enero que vivimos y que para nada parece propicio resulta que desde el 16 al 29, con luna ascendente, es tiempo de limpiar la vegetación adventicia y plantas o raíces no deseadas, sembrar algún semillero temprano y el día 25 es propicio para limpiar los troncos de los árboles. Y en días anteriores fueron buenos talar leña para madera, embarrar troncos, y los días 15 y 16 son buenos para talar madera para construccióny mimbres para cestería.

No le faltan los refranes de cada época: ‘Enero y febrero comen más que Madrid y Toledo’ o ‘gota de lluvia en enero... vale dinero’.

Recuerda Alonso que realiza el calendario como fruto de muchos años de experiencia como arquitecto y «con datos de astronomía , experiencia agrícola y tradición rural» y agradece la información «a las buenas gentes de la ruralidad, que sabiendo ejercer sus oficios, son portadoras y trasmisoras de la tradición celosamente guardada en el ‘arca’ y siguen atentos a los días de escucha».

Pero el calendario es también una llamada de atención, más bien un grito de socorro de este arquitecto que lamenta que «una cultura tradicional tan rica, tan potente y tan experimentada como la nuestra, biodiversa, se está laminando». Y recuerda que «ahora mismo la agricultura es prácticamente extensiva y reducida a tres o cuatro cultivos: maíz transgénico, remolacha y trigo transgénico; propiciando una agricultura degenerativa, en el límite del suicidio agrícola por el envenenamiento que produce».

- Qué alternativas ofrece?

- Las agriculturas alternativas, de tipo regenerador, permacultural. Como mínimo una agricultura ecológica con un criterio denaturaleza, naturalista, de respeto, una agricultura creativa frente a la tendencia globalizadora de las multinacionales y sus monocultivos, que ya ves los problemas que causa en la alimentación.
- ¿Y la construcción, la otra pata del calendario?

- No te voy a hablar de la burbuja, pero fíjate en el rigor estabulador en el que han metido a todo lo construido, que implica el olvido del conocimiento tradicional. La poca arquitectura que se está haciendo con materiales tradicionales necesita de estos conocimientos, para saber cuándo hacer los retejos, cuándo los revocos, cuándo cortar la madera... Frente a ello, hormigón y más hormigón, con su efecto laminador y empobrecedor.

- ¿Le acusarán de anclarse en el pasado?

- Nada más lejos de la realidad, todo lo contrario.

- ¿Qué pretende con toda esta información de viejos saberes tradicionales de su calendario?

- Es casi como un grito, no el de Munch pero sí el de un leonés de La Cabrera, la Montaña o mi pueblo, Castrocontrigo, pero podía ser de otras provincias parecidas a la nuestra, para avisar de que hay un saber rural, cultural, que se va a perder y ni siquiera los etnógrafos o los museos son capaces de recogerlo. Por ejemplo, ves ahora el revival de los carnavales, que está muy bien, pero que corre el peligro de convertirse en un folclore perférico.

- El agua es un elemento fundamental en su calendario, ¿qué ocurre con esta sequía que vivimos?

- Hay una imperiosa necesidad de tomar conciencia del agua, de su escasez y de se baja calidad. Se anuncia otro año bastante seco, que podría en parte ser por un ciclo natural pero también es por el cambio climático y debemos controlar la cultura despilfarradora de agua, por ejemplo en agricultura. Empieza a ser un bien escaso y enfermo, debemos tomar conciencia.

¿La respuesta? En el calendario.
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