21/04/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Candidatos de diferentes partidos políticos le han hablado insistentemente en esta insoportable campaña sobre el voto útil, ese santo grial que usted, conjurando la alquimia de la ley D’Hont, debe hallar antes del próximo domingo. La realidad es que la fórmula D’Hont hace imposible calcular a priori qué opción de voto beneficiará más a uno u otro bloque, siquiera en las provincias más pequeñas, como han demostrado estos días numerosos análisis publicados en prensa.

Recuerdo las penúltimas elecciones generales, cuando se minimizaban las opciones de Podemos porque se decía que la ley D’Hont diluiría su apoyo electoral en la mayoría de las provincias. Era un voto inútil. Hoy día, gracias a todos aquellos votos inútiles, Podemos integra el gobierno de la Nación del hasta el punto de negociar los Presupuestos Generales con golpistas presidiarios.

Por eso en este rincón de La Nueva Crónica no le mostraremos cuál es el voto útil. Todo lo contrario, le diremos que su voto, querido lector, es perfectamente inútil, es decir, que el sentido de su voto, sea el que sea, no afectará en absoluto al resultado de las elecciones. Usted puede votar al PSOE, al PP, a Ciudadanos, a VOX o a Podemos, o al partido antitaurino, o quedarse en la cama el próximo domingo, da igual. Con independencia del mecanismo de D´Hont, ello sólo influirá en el resultado final del proceso electoral en la medida en que decenas o cientos de miles de personas hagan lo mismo que usted, variable que escapa por completo a su control. Usted puede pensar, si quiere, que vertiendo un caldero de agua limpia al océano contribuye a mantener la pureza de las aguas, pero no es cierto, y en esto de las elecciones, querido lector, usted tiene un solo caldero.

Esto de que el voto individual tiene una influencia completamente nula en el resultado de las elecciones puede parecer una simpleza, pero es de una veracidad incuestionable, y es la premisa, de la que, por ejemplo, parte el filósofo y politólogo Jason Brennan, profesor de la Universidad de Georgetown, para elaborar interesantísimas conclusiones.

La mía es que si mi voto es inútil, ninguna de mis opciones de voto es el voto útil, y todo el tiempo que dedique a calcular cuál es la papeleta que más puede influir en la configuración de las cámaras es tiempo perdido. Por tanto, debo prescindir de cualquier cálculo y elegir sencillamente la papeleta con la que más me identifique. Este es el único voto que puede tener alguna utilidad, porque al menos responderá ante mí.
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