El virus redujo a la mitad las pernoctaciones en julio

El primer mes completo después del estado de alarma ha dejado más sombras que luces en el negocio hotelero de la provincia. Aunque las previsiones pasaban porque la ocupación cayera hasta el 40%, al final ha sido un 50%, lo que tampoco sirve para paliar la drástica reducción de viajeros en este momento clave del año para el turismo, ni las inversiones que los establecimientos han tenido que realizar para adaptarse a la norma sanitaria.

Los hoteles de la provincia Leónsumaron 63.121 pernoctaciones el mesa pasado, un 52% menos, según los datos facilitados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre Coyuntura Turística Hotelera.

Además, la facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada (ADR) fue de 87,6 euros en julio, lo que supone un descenso del 15,1 por ciento respecto al mismo mes de 2019. Por su parte, el ingreso medio diario por habitación disponible (RevPAR), que está condicionado por la ocupación registrada en los establecimientos hoteleros, alcanza los 33,3 euros, con un descenso del 56,8 por ciento.
La estancia media en los establecimientos de la comunidad se situó en 1,7 noches por viajero, lo que supuso un 25,5 por ciento menos respecto a julio del año pasado.

A nivel nacional se superaron las 11,4 millones de pernoctaciones, un 73,4 por ciento menos que en el mismo mes de 2019. Las pernoctaciones de los viajeros residentes en España disminuyen un 50 por viento en tasa anual al superar los 7,4 millones. Por su parte, las de los no residentes bajan un 85,7 por ciento alcanzado los 4 millones.

Tras las restricciones a la movilidad de la población como consecuencia del mantenimiento del estado de alarma, durante el mes de julio estuvieron abiertos en España 12.068 establecimientos hoteleros, un 29,5 por ciento menos que en el mismo mes de 2019. El total de plazas ofertadas fue de 1.025.713 y solo se cubrió el 35,5 por ciento de las plazas ofertadas. El grado de ocupación por plazas en fin de semana se redujo un 40,45 por ciento y por habitaciones se situó en el 38,4 por ciento.

En la comunidad, se redujeron el pasado mes de julio un 48,7 por ciento con motivo de los efectos de la pandemia del COVID-19, al pasar de las 821.551 registradas en el séptimo mes de 2019 a las 421.443, lo que supone un descenso 24 puntos inferior al registrado en el conjunto del país. La caída de los viajeros fue aún mayor, del 52,2 por ciento, doce puntos menos que la media nacional. De los 511.770 contabilizados hace un año se ha pasado a 244.530,

Las pernoctaciones de turistas nacionales ascendieron a 362.654, con un derrumbe del 41,5 por ciento; y las de extranjeros, a 58.789, un 70,8 por ciento menos que en 2019. Asimismo, los turistas españoles sumaron 203.992, con una merma del 45 por ciento, y los foráneos, 40.539, un 71,2 por ciento menos.

En Castilla y León permanecieron abiertos en julio 1.072 alojamientos de este tipo, con 24.753 habitaciones, y 46.689 plazas ofertadas. El grado de ocupación en la Comunidad fue del 28,92 por ciento si se atienden a las propias plazas; del 35,22 en fin de semana; y del 33,34 por ciento, por habitaciones. Por otra parte, el personal empleado en los hoteles de la Comunidad asciende a 4.639 personas.