"El viñedo viejo es un valor añadido que tenemos y debemos cuidar"

Con ocho votos a favor y dos abstenciones, el representante de las bodegas Luzdivina Amigo fue la apuesta de futuro que viticultores y bodegueros encontraron a un Consejo Regulador al que le pedían más. Con un intenso trabajo de reconversión y crecimiento que realizó durante su presidencia Misericordia Bello a lo largo de seis años, han querido que el testigo lo recoja Pérez Gil, sobre todo, para escuchar y ayudar en un sector en el que la burocracia se hace compleja y los retos de futuro son muchos. Tras completar el proceso que le convierte oficialmente en presidente del Consejo, el bodeguero berciano espera un 2022 en el que poder salir a vender Bierzo.

-Nuevo año, nuevo presidente de la DO ¿Qué retos se marca para este inicio?
- Todavía estamos aterrizando. Acaba de terminar el protocolo, con la publicación en el Bocyl de los cargos. Y los retos pasan por seguir llevando a la DO a lo largo de todo el panorama nacional e internacional. Vender más botellas, con más calidad y a mejor precio. En cuanto a los viticultores, pretendemos acercarnos a ellos más, porque han estado muy olvidados.

-Acaba un 2021 y con él seis años de presidencia de Misericordia Bello ¿qué balance hace de ese tiempo de gestión?
-La DO, si no es por problemas de pandemia y heladas, no llevaba un mal ritmo de crecimiento. Se han hecho cosas interesantes como el nuevo pliego de condiciones o la zonificación. Eso nos ha ayudado a darnos más a conocer. Pero sí es cierto que hemos bajado un poco el número de ventas. Nos gustaría seguir creciendo en mercados internacionales, donde estamos muy valorados. Los consumidores valoran muy bien los vinos del Bierzo. La variedad reina, a día de hoy, es la mencía y es muy conocida, pero también últimamente está muy de moda el godello y hemos visto que tiene una buena crianza. Son vinos blancos que están llamando mucho la atención.

-Se han integrado nuevas variedades de uva en la DO ¿con buen resultado?
- Son variedades que estaban aquí de toda la vida, autóctonas, por eso, por qué no incorporarlas a nuestras variedades. Son tan buenas como la mencía y el godello pero tenemos un porcentaje inferior de uva. No sabemos exactamente cuántas botellas podemos vender de estas variedades todavía.

-Se ponen en valor esas variedades y también el viñedo viejo que se está recuperando ¿necesitamos más vides en el Bierzo?
-Tenemos que cuidar las que tenemos, sobre todo de viñedo viejo. Pero si conseguimos vender más botellas, estamos abiertos a incrementar las plantaciones. En godello ha habido un incremento, pero sobre todo, lo que tenemos que hacer es cuidar lo que tenemos. Somos muy conocidos porque el Bierzo es la comarca de Europa, y prácticamente del mundo, que más viñedo viejo tiene en proporción. Es un valor añadido que tenemos y debemos cuidar porque es nuestro patrimonio.

-Se han marcado muchos hitos estos años, habla de la zonificación, pero también el enoturismo ¿cree que ese es el camino, ampliar el sector al turismo y avanzar de la mano?
-Por supuesto que sí. Todo lo relacionado con el enoturismo está por explotar en el Bierzo. Es verdad que, en la comarca, la mayor parte de bodegas son pequeñas y tal vez no tienen la infraestructura suficiente como para dar ese salto al enoturismo, pero toda la comarca tiene un potencial en enoturismo fabuloso.

-¿Qué necesita la DO para seguir creciendo, incrementar el precio de la uva?
-Con relación a incrementar el precio de la uva, creo que las cosas van a la inversa. Si conseguimos vender más vino, ese vino tiene más calidad y subirá su precio, al final el viticultor lo verá repercutido en que aumenta el precio de la uva, que es lo que ha pasado en otras denominaciones. Necesitamos aumentar el número de mercados y el número de botellas que vayan a ellos. A través de la calidad podemos incrementar las ventas y los precios.

-Y ¿en qué mercados pone los ojos la DO?
-En Europa nos conocen bastante, en EEUU también, pero es muy grande y podemos crecer mucho allí. En los mercados asiáticos estamos empezando y es un mercado muy grande con muchos consumidores. También la parte de México, poco a poco están consumiendo más vino. No podemos olvidar el mercado nacional, que es el nuestro, pero el mundo es muy grande y tiene muchos consumidores, cada vez con un poco más de poder adquisitivo y cultura del vino.

-El perfil del consumidor ha cambiado...
-Lo ha hecho, pero también nosotros deberíamos cambiar, porque nos estamos olvidando del consumo de los jóvenes. Hay que quitar esa parte del clasicismo del vino que a los jóvenes les impone. Queremos darle tanto lado cultural, que si no detecta lo que pretendemos, se va a sentir mal a la hora de probarlo.

-¿Qué problemas tienen los viticultores y bodegueros hoy a los que puede ayudar el Consejo?
-Los viticultores tienen muchos trámites con las administraciones. El Bierzo tiene mucho minifundio y es complejo. Ahí el Consejo creo que les puede ayudar. En relación a las bodegas, la DO debe ayudar a llegar a los mercados.

-Se despereza un 2022 en el que se ven crecer los macroproyectos eólicos, a veces ubicados en medio de vides centenarias. El Consejo ya ha alegado en su contra ¿se va a continuar en esa línea?
-No estamos en contra de las eólicas, pero está muy claro que todo lo que pase por los viñedos y perder ese patrimonio, estamos opuestos a ellos. Hay muchas zonas donde colocar esos sistemas, pero que no dañen el patrimonio del Bierzo ni torres ni líneas de evacuación. Al final el Bierzo es así de bonito porque no tenemos líneas de alta tensión por encima de los campos. No podríamos explotar el enoturismo afeando el paisaje.

-¿Qué espera de este año?
-Lo principal es que nos dejen salir a vender vino, eso significará que la pandemia acaba o que nos permita consumir con tranquilidad.