El viejo camino de Casares a Geras

Una ruta que se había perdido y ha sido recuperada por el empeño de las personas

Vicente García
17/08/2018
 Actualizado a 15/09/2019
El camino cae en vertical al río. |VICENTE GARCÍA
El camino cae en vertical al río. |VICENTE GARCÍA
Los antiguos caminos entre las distintas localidades de la provincia han quedado desplazados por las carreteras, el viaje en mulas o en burros es cosa del pasado y aunque haya que dar un gran rodeo, el aprovisionamiento se hace mediante vehículos y los viejos caminos son abandonados. Es el caso de la ruta entre Geras y Casares, pues al construirse la carretera dejaron de tener la relación que antaño tuvieron y la maleza lo invadió todo, además de caerse los puentes que cruzaban el río.

Sin embargo el empeño de una persona de Geras, Roberto Ordóñez, de los establecimientos Entrepeñas, y sus amigos han sido capaces de recuperar el recorrido sin ayudas oficiales poniendo en valor los recuerdos de un pasado, retirando las traviesas del viejo puente y colocando uno nuevo, así como desbrozando las zonas invadidas por la maleza y rehaciendo el firme, marcando además el camino con piedras y con hitos. Es un modo de colaborar con la mejora del entorno de cara al turismo por parte de empresarios y miembros de las comunidades.

Otro ejemplo se puede encontrar en Paradilla, donde se ha creado una ruta artístico-literaria del Celorio a partir del empuje de José Manuel González y Juan Carlos Pajares.

La ruta que se propone entre Geras y Casares tiene 7 Km, y si se dispone de dos vehículos puede finalizarse en ese punto. La propuesta es hacer la ruta de ida y vuelta, aunque otra opción sería llegar al embalse, ver la magnífica vista de las montañas y regresar por el mismo camino, con lo que tendría 10 Km. Cualquier alternativa es buena.


Desarrollo de la ruta

Comienza la ruta en la localidad de Geras, bien puede ser en el puente sobre el río Casares. Siguiendo la carretera se encuentra una fuente donde se sigue por el camino de la derecha, en subida, pasando al lado de la iglesia. Cuando se ve una fuente bajo una pequeña casa, se sigue a la derecha por una calle que a continuación da un giro a la izquierda y sale del pueblo.

El camino es muy agradable y la vista del pueblo está bien aunque el tendido eléctrico la tapa en algún momento. Sigue entre árboles y cada vez más cerca del río, que debido al pantano siempre va con bastante agua. Al cabo de un buen tramo hay un desvío a la derecha con un puente, que va a Folledo, sin embargo se debe seguir recto. El camino continúa entre matorrales y arbolado, pasando en un momento por un artesanal puente de dos troncos con escalones para atender al ganado cuando pasa a la otra orilla, El camino sigue hasta llegar a un segundo puente que se cruza. A la derecha se puede contemplar una zona rocosa donde se ven muy marcados los plegamientos del empuje de las distintas fuerzas a lo largo de millones de años. El camino continúa entre praderas hasta llegar a un valle donde se sigue a la orilla del río por una senda bien visible con poco desnivel. Ya se pueden contemplar los farallones rocosos donde lleva el sendero que en un punto comienza a subir para superar las murallas rocosas que forman una garganta de roca cuarcítica donde se despeña el río en caídas verticales.

El camino va subiendo con el río a la izquierda cada vez más abajo, dejando la zona de pradería y entrando en terreno de roca donde en determinados lugares la senda estaba empedrada para facilitar el paso de las caballerías, evitando resbalones sobre la roca que hubieran creado más de un problema. El río a la izquierda baja como un torrente y las caídas en algunos lugares son bastante verticales, también se encuentran tramos de arbolado donde refrescarse un poco del calor de la subida, así como dos pasos en la peña. Pasado el segundo comienza un descenso hacia el río y tras caminar por la ribera se encuentra el puente que se cruza para seguir por la ribera opuesta también a la vera del río, para después comenzar una subida en eses bien señalizada, llegando a la parte alta de esa ribera del río y tras un corto camino se alcanza la carretera que va a la centralita eléctrica, solo queda subir por la carretera hasta llegar al recrecimiento del pantano donde se puede ver la maravillosa panorámica de las montañas reflejadas en el pantano, y continuar hasta Casares por la carretera existente al lado del pantano, sin más problemas que seguirla durante casi dos kilómetros. El tráfico no es excesivo y solamente se encontrarán los vehículos de quienes desean ver la presa o atender los animales que pastan en las praderas bajo la presa.

Una vez en Casares se regresa por el mismo camino.
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