El Vencejo de Oro sobrevuela Casa Palmero

Los Otrora homenajearon a la ‘Ciudad Mercado’ que fue La Bañeza, entregando el galardón a este comercio de ultramarinos que cuenta con 80 años de trayectoria

P.J. ABAJO
31/05/2015
 Actualizado a 13/09/2019
Ángel Palmero, en el centro, ofreció ayer un aperitivo a Los Otrora. | ABAJO
Ángel Palmero, en el centro, ofreció ayer un aperitivo a Los Otrora. | ABAJO
Año 1936. En una España pintada en blanco y negro, de contiendas entre allegados y mucha escasez, Casa Palmero abría sus puertas en La Bañeza para ofrecer a la comarca todos aquellos productos que cabían bajo la denominación tan genérica y española como ‘tienda de ultramarinos’. Casi ocho décadas de vida, tres generaciones de tenderos y convertirse en todo un referente comercial que no ha entendido más que de calidad, precio, servicio y trato son méritos más que suficientes para lograr que hasta este pequeño local de la avenida Vía de la Plata sobrevolase ayer un Vencejo de Oro con el que Los Otrora homenajean a quienes han sabido mantener todo el sabor de antaño en un mundo globalizado.

Ángel Palmero, sucesor de una saga familiar de tenderos que comenzó a hacer negocio en La Bañeza en los albores de la Guerra Civil, sigue siendo fiel a una tradición que comenzó con escasos medios y la filosofía de «atender bien» y no oculta su admiración por el grupo de jóvenes –en su mayoría– que nacieron o han crecido en la época de los supermercados, incluso de la compra por internet, pero un día al año se juntan para rememorar La Bañeza que otrora fue ‘Ciudad Mercado’, celebrar la llegada del vencejo a las tierras leonesas y homenajear a un negocio que ha sabido llegar hasta nuestros días con la sensación de haber parado el tiempo.

Casa Palmero, una de las dos tiendas de ultramarinos que quedan en La Bañeza, es uno de esos locales donde el calendario muestra una fecha pero la sensación es distinta: estanterías llenas de conservas, botellas de bebidas alcohólicas con décadas de historia, anuncios publicitarios de marcas que casi ni se recuerdan y muchos carteles con precios, mercancías disponibles en la trastienda y avisos; uno de ellos el que anuncia la liquidación de artículos por el cierre inminente de un negocio que ha sobrevivido «hasta nuestros días, cual David contra Goliat, a pocos metros de los todopoderosos supermercados» pero le ha llegado el momento de bajar la trapa.

Con la misma humildad que ha trabajado durante toda su vida detrás del mostrador y con una furgoneta por los pueblos de la comarca, Ángel Palmero recibió ayer acompañado por varios familiares el Vencejo de Oro que Los Otrora dedican a quienes mantienen viejas costumbres y recuerdan La Bañeza de antaño, la misma Bañeza que se retrata en una exposición de fotografías que se puede contemplar en la Plaza Mayor y la que evocan los ‘personajes’ de antes que encarnan los miembros de este colectivo que en torno al mes de mayo se revisten de nostalgia para gritar al mundo que, por un día, es posible volver atrás en el tiempo.
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