El Vencejo de Oro anida en la Droguería Posada

Los Otrora devuelven la Ciudad Mercado a las calles de La Bañeza con la celebración del Vencejo, que un año más deleitó a cientos de personas con aires de otra época y con su particular buen humor

L.N.C.
17/06/2019
 Actualizado a 16/09/2019
El sabor de antaño regresó a La Bañeza en los atijos de Los Otrora con la festividad del Vencejo, que cumplió nueve años. | L.N.C.
El sabor de antaño regresó a La Bañeza en los atijos de Los Otrora con la festividad del Vencejo, que cumplió nueve años. | L.N.C.
La Ciudad Mercado regresó el sábado a las calles de La Bañeza desde que los Otrora pusieran sus pies, sus cachas y sus ruedas en la estación del ferrobus, mítico tren Vía de la Plata, que acercaba a las gentes del contorno a comprar y vender sus mercancías.

Los fastos del Vencejo comenzaron el viernes con el afeitado tradicional en la Gran Peluquería, emblemático establecimiento de la ciudad donde se atusan los que luego acuden a la cena de hermandad. En esa mesa se acaba de pergeñar la fiesta, aunque ya tienen el rodaje de las nueva edicionesque llevan con esta iniciativa que cada año es más popular.

Hogaza en ristre y chorizo en lontananza, a bota y a navaja, almorzó la comitiva en franca compañía De la estación partieron ya el sábado hacia el mercado, donde repartieron los tradicionales vencejos de cartulina, ave mítica, capaz de dormir o copular en el vuelo y que es el animal totémico de este original grupo, amante del disfraz, la poesía y de sus comarcas. Tras dejar el mercado, ante las asombradas miradas de los transeuntes el grupo inició la ronda por los bares, tascas y figones para recobrar fuerzas y afrontar con ganas el plato principal del día: la entrega del Vencejo de Oro a un comercio tradicional.

La distinción fue para la Droguería Posada, tienda con 43 años de historia y con un trato que sigue siendo cercano a cada vecino, un trato de toda la vida. Además, este reconocimiento también es un reconocimiento al infatigable Gaudencio, regente con su familia del establecimiento y que durante años ha declinado la propuesta para su concesión, a pesar del sincero aprecio que le cursan las gentes de las tierras bañezanas. Pese a ello, para goce de todos, el Vencejo de Oro ya anida en la Droguería Posada.

Los Otrora volvieron a exponer en la Plaza de los Cacharros las valiosas fotografías de épocas pasadas A las 14:34 horas aproximadamente tuvo lugar el pregón a la puerta del Teatro Municipal, donde un año más casi logran entrar. Casi, pero no. El periodista de esta casa, David Mirantes, dio el relevo a la también colaboradora Marta del Riego Anta, como pregonero de la festividad. Mirantes elogió la originalidad y gratitud de los Otrora y, «más abubilla que vencejo», recordó otras formas de mercar y, en definitiva, de vivir.

El pregonero fue uno más en el bautizo posterior de los nuevos otrora, sacramente ungidos por Godón. En su nueva condición, hogaza en ristre y chorizo en lontananza, la comitiva se desplazó a la Plaza de los Cacharros para el fraternal almuerzo a navaja y bota con lo mejor de cada casa. Rebosantes de energías, intacto el humor, el cuerno, la taba y otros muchos juegos tradicionales tomaron la Plaza Mayor antes de la tradicional foto en el Km. 303. A la atardecida, con el canto del vencejo, volvió el grupo a sus nidos en bares, tascas y figones.
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