El velódromo de Santo Domingo

La peatonalización temporal del centro y las franjas horarias cambian el paisaje urbano

D.L.M.
17/05/2020
 Actualizado a 17/05/2020
419557465
Las aceras ya no son un refugio para los viandantes sino un obstáculo para los escasos vehículos que circulan por la calle. Ahora son minoría los motorizados y los patinadores y ciclistas se mueven con más desahogo, pese a estar en el centro de la ciudad. Sin una cabalgata ni una carrera popular, el corazón urbano se puede recorrer por el centro de la calzada sin riesgo de ser arrollado por más de una tonelada de metal. El cierre temporal al tráfico rodado de las avenidas que van a dar a Santo Domingo comenzó ayer a las dos de la tarde y permanecerá hasta las seis de la mañana del lunes. Las vallas han vaciado de coches un amplio área que se ha convertido en zona de recreo y espera recuperarse en un futuro como auténtico centro comercial. Es el ensayo para el escenario al que el alcalde, José Antonio Diez, asegura que León está abocada en el medio plazo, como consecuencia de la necesidad de modelos más sostenibles. La crisis del coronavirus parece haber acelerado el proceso, con las ganas de calle tras dos meses de confinamiento, la necesidad de espacio para el distanciamiento que evite el contagio y los probados efectos sobre la calidad del aire con la drástica reducción del tráfico.

La lista de los contra no está vacía. En ella se apuntan agravios para la actividad económica, la incomodidad de buscar otros itinerarios, ineficacia del transporte público o, simplemente, el menoscabo de la libertad que para algunos conductores suponen las restricciones al tráfico en ciertas calles. Estos debates están ahora atemperados por la reducción general de la movilidad derivada del estado de alarma, pero vuelvena tener vigencia con imágenes como las que desde ayer se pueden ver en León.

A las cinco de la tarde la glorieta de Santo Domingo se había convertido en velódromo en busca de la vuelta rápida El paisaje urbano evolucionó con el día, alterado por las franjas horarias para cada grupo de edad. A las cinco de la tarde la glorieta de Santo Domingo se había convertido en velódromo en busca de la vuelta rápida, menos exigente que el récord de la hora. Las zonas azul y verde pintaban más en los castros o rayuelas que en las señales. La cola se alargaba en la heladería de la Calle Ancha parasofocar la sed del ejercicio y, en general, el Barrrio Húmedo, el Romántico, Santa Marina, el Ensanche o el Mercado daban mucha más sensación de un parque temático ambientado en una capital de provincia que de propia capital de provincia. La obra de la calle Arco de Ánimas casi resultaba chocante, con la zahorra y las máquinas a plena vista.

A las siete de la tarde la cola de la heladería había mermado notablemente, los bastones comenzaron a ganarle terreno a los patinetes y por las mismas calles del parque temático accedieron a los mayores a un complejo de descanso y respeto.

El pulso de la ciudad, sin bares, sin comercios, se aceleró de nuevo a las 20:00 cuando los balcones fieles a la ovación retomaron el homenaje y los bostezos de los portales se convirtieron en amena cháchara vecinal. Cientos de curiosos se acercaron entonces al centro peatonal, el distanciamiento obligó abrirse para doblar las esquinas evitando el encontronazo y los paseos ganaron velocidad sin otro destino aparente que evitar la atrofia.

Con la noche cambio de nuevo la sensación. Las persianas abajo y calles vacías de humanos y coches a la luz de las farolas, como el decorado de una película distópica.

Hoy estará de nuevo cerrado el centro para pasara al parque temático, el complejo de descanso y respeto y la película distópica.
Lo más leído