El Valle de Valdeón dispone al fin de los esperados desfibriladores

La tradicional Fiesta de la Trucha convertida este año en evento solidario por un grupo de vecinos del Valle de Valdeón, una cita solidaria que contó con diferentes aportaciones económicas y la colaboración de Carflor, hicieron posible que el objetivo perseguido desde hace tiempo tuviera el final deseado.

Se trataba de buscar suficiente financiación para conseguir inicialmente un desfibrilador, el altruismo y compromiso de muchas personas contribuyeron para que finalmente fueran dos los espacios cardioprotegidos creados, ambos con todos los elementos necesarios para su correcto funcionamiento (Desa, vitrina, señalética homologada, mochila para poder desplazarse con el desfibrilador, certificaciones y la correspondiente formación en Soporte Vital Básico y aprendizaje en la utilización de desfibriladores semiautomáticos).

Treinta vecinos del municipio han recibido el curso correspondiente al objeto de poder utilizar los dos desfibriladores adquiridos, uno ubicado en el consultorio médico de Posada de Valdeón y otro en Caín.

Esta iniciativa solidaria surge tras el fallecimiento por infarto de un hombre en la ruta del Cares, circunstancia que originó numerosas protestas por la falta de desfibriladores y la escasa atención médica que reciben los vecinos del Valle de Valdeón en determinadas épocas del año, por si fuera poco, la dificultad orográfica obliga a los equipos sanitarios a demorar bastante la asistencia en los casos de emergencia.

Los profesionales del proyecto Salvavidas que gestiona Carflor, entienden que es necesario colaborar con este tipo de iniciativas solidarias, fundamentales para crear conciencia social sobre la importancia de la cardioprotección. Utilizar un desfibrilador en los primeros minutos de parada cardiaca aumenta hasta un 70% las posibilidades de supervivencia cuando una persona sufre un infarto lejos de un hospital.