El Val aúna todas sus tradiciones y honra a la Virgen de la Carballeda

La localidad maragata celebró este domingo su primera concentración de peñas, un evento que sirvió de colofón a la fiesta, que comenzó con la procesión

Patricia Ferrero
10/09/2018
 Actualizado a 17/09/2019
Un momento de la procesión, a la salida de la iglesia. | P.F.
Un momento de la procesión, a la salida de la iglesia. | P.F.
Las tradiciones vuelven a dejar huella en el Val de San Lorenzo. La localidad maragata celebró este fin de semana la Fiesta de la Virgen de la Carballeda, un encuentro de cultura, ocio y devoción que aunque finaliza oficialmente hoy, vivió sus momentos de máximo esplendor entre las jornadas del sábado y ayer domingo con la afamada procesión y ramo, cantado en esta ocasión por las niñas de la villa anfitriona. Los bailes populares, las verbenas y un sinfín de propuestas lúdicas se sumaron a este evento festivo, que además este año contó con una importante novedad que aglutinó diferentes tradiciones. Y es que, junto con las fiestas, el Val celebró este domingo la I Concentración de Peñas de la provincia de León, que congregó en torno a 150 personas, llegadas desde Pobladura de Pelayo García, Villaornate, León y también del propio Val de San Lorenzo, unidas por un interés común, la afición taurina. El acto dio comienzo con el pregón del concejal astorgano Pablo Peyuca, que dirigió su discurso hacia cultura de los toros, una seña de identidad «muy nuestra que se está perdiendo», destacando que «el Val siempre ha tenido mucha tradición taurina». La música de la charanga Los 4 gatos de La Bañeza y la diversión acompañó a los coloridos grupos durante toda la jornada, que contó con un vermut torero, una paella popular, un desfile de carretones y una exhibición de cortes, saltos y quiebros.

Mientras unos se hacían eco de esta tradición, que el Val pretende perpetuar en el tiempo, otros cultivaron su pasión devota en la iglesia de la localidad, arropando a la Carballeda durante el acto litúrgico, y después en la procesión, encabezada por el pendón del pueblo, en la que la Virgen iba acompañada por el folclore maragato, al son de las castañuelas, la flauta y el tamboril. Una vez más, el Val de San Lorenzo hace de la tradición su seña de identidad.
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