El vacuno, carne de cañón de la pandemia

Los pequeños ganaderos de extensivo ven peligrar sus cabañas y desde UPA reclaman ayudas a la Junta

T.G.
30/07/2020
 Actualizado a 30/07/2020
En esta ganadería de vacuno de carne los animales se crían en extensivo, apostando por el pasto y el bienestar animal. | M. PEÑA
En esta ganadería de vacuno de carne los animales se crían en extensivo, apostando por el pasto y el bienestar animal. | M. PEÑA
Si el ganado no sabe de vacaciones, menos iba a saber de pandemias. La del Covid-19 irrumpió a mediados del mes de marzo con un confinamiento de la población que paró la actividad productiva de todo el país, excepto la de aquellos sectores esenciales como la agricultura y la ganadería. Los profesionales del sector primario siguieron a pie de campo para cuidar de sus animales propiciando así evitar el desabastecimiento de alimentos y dejando en evidencia la importancia de contar con productores en el territorio. Pero el estado de alarma llegó con una importante disminución de la demanda de determinados alimentos que todavía no ha recuperado la ‘vieja’ normalidad. Es el caso del vacuno de carne, un sector que en buena medida se vio afectado por el cierre de la hostelería y que para quienes lo trabajan en extensivo deja unos «escasos márgenes de ganancias». Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) han denunciado la situación «crítica» de este sector y piden para ello ayudas similares a las que la Junta de Castilla y León ha convocado para el cochinillo, el cerdo ibérico y la ganadería de lidia. «Son la clave para muchas economías familiares», recuerdan desde el sindicato agrario. También son carne de cañón para la pandemia que no ha pasado de largo por las explotaciones de vacuno que apuestan por una crianza de los animales de calidad y basada en el bienestar animal, una apuesta que siempre se traduce en el plato pero no siempre en las cuentas del ganadero.

Desde UPA lamentan «la caída de precios en origen que en algunos casos supera hasta el 30% y que supone hasta 200 euros menos por animal, e incluso con cierre de canales de comercialización». El sindicato precisa que «en estos momentos la ganadería extensiva en zonas desfavorecidas o de montaña en Castilla y León está en serio riesgo porque las explotaciones están produciendo por debajo de los costes de producción».

Lo corrobora Idoia Sandoval, ganadera de vacuno de carne en extensivo en la localidad leonesa de Villanueva de Pontedo. Llegó desde Madrid a la montaña para dedicarse al ganado junto a su pareja, quien previamente habían tenido vacuno de leche que dejaron atrás «porque no se pagaba bien». Su idea es apostar ahora por la venta directa, sin intermediarios, vender la carne de pasto, sin cebar con piensos. «La única salida que veo es vender nosotros la carne a un precio justo y sin engañar a nadie... Aquí no pinchamos a los animales, ni comen transgénicos... Estamos en plena conversión ecológica aunque no nos hacen falta sellos para saber lo que criamos y tenemos, el bienestar animal para nosotros es una máxima», detalla Idoia. Pero la pandemia llegó también con estrecheces para el vacuno de carne.

«Es triste, no hemos vendido nada en toda la pandemia, no ha habido demanda de nuestros intermediarios así que supongo que toda la carne que se ha vendido ha sido procedente de ganaderías intensivas, de animales estabulados y macrogranjas», explica. Idoia lamenta que los pequeños ganaderos de extensivo estén en «peligro de extinción» y reclama que en el etiquetado se pueda diferenciar de qué forma se ha criado el ganado y con qué se ha alimentado para poder así poner en valor el trabajo que realizan. Lo cuenta mientras estos días se afanan en las tareas de recogida de hierba. «Ni tan siquiera tenemos tiempo de defendernos», afirma.

Algunos sindicatos como UPAreclaman ayudas para el vacuno de carne similares a las que la Junta de Castilla y León ha convocado hace dos días para el cochinillo, el cerdo ibérico o la ganadería de lidia. «Urge un apoyo específico por parte de la administración autonómica porque la situación para muchos ganaderos es dramática con precios que han caído en picado», sostienen. Reclaman medidas para de apoyo para un sector que cumple «una función clave en la vertebración de los entornos rurales y que debe valorarse en toda su dimensión con el fin de evitar por todos los medios la pérdida de cabañas ganaderas, el cierre de explotaciones y poner freno al relevo generacional».
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