El único camino

El tráfico en la AP-66, que une León y Asturias, y la recaudación por tributos cayeron notablemente el año pasado y la cuarta ola aleja las previsiones de que vuelvan a los valores normales, al menos, antes del verano

Es imprescindible no bajar la guardia y tratar de que la cuarta ola desaparezca cuanto antes
02/04/2021
 Actualizado a 02/04/2021
Predecir hasta dónde llegará la crisis derivada de la pandemia de Covid-19 es realmente complicado y tanto las organizaciones públicas como las privadas ajustan continuamente las estimaciones de mejora. En el caso de la provincia, desde ayer se conocen dos nuevos indicadores: La bajada de la recaudación por la tributación en más de un 4% y la caída de la afluencia en la autopista AP-66, que une León y Asturias, a niveles de 1998. Un retroceso de más de dos décadas, que tal vez pase de indicador a metáfora. Con la cuarta ola en ciernes, la Junta de Castilla y León ya ha anunciado nuevas restricciones que se irán ejecutando en función de la evolución de la pandemia, lo que complica la recuperación económica, además de los incalculables costes personales. Por el momento, la Semana Santa no se está pudiendo desarrollar con normalidad como se podía esperar hace semanas, cuando la tercera ola comenzaba a remitir. En países del entorno como Francia se han endurecido las medidas y la vacunación avanza lenta. La vista está puesta en el verano, del que depende un buen porcentaje del PIB español. Hasta entonces es imprescindible no bajar la guardia y, toda vez que parece inminente, que la cuarta ola desaparezca cuanto antes. Es el único camino para que el sector privado empiece a facturar con normalidad, el Estado a recaudar y la circulación regrese a las autopistas.



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