El último salvavidas

Por Pablo Campos (Radio León)

28/04/2021
 Actualizado a 28/04/2021
Lamentos tras caer ante Unionistas. | MAURICIO PEÑA
Lamentos tras caer ante Unionistas. | MAURICIO PEÑA
Es un soplo de aire fresco para todas las ilusiones que se esfumaron tras otro gol en contra en el descuento de un partido capital. Es el golpe de efecto con el que mirar al Celta B sin asegurar ahora la derrota humillante que muchos presagiaban minutos antes de su anuncio. La ilusión de un ex futbolista centenario en la máxima categoría y que desde su modestia bajó al barro para esperar el turno en el banquillo del equipo de la ciudad que le adoptó y del que se siente parte, la ilusión de aquellas noches universitarias de traje y corbata en los banquillos del PC Fútbol donde en el filial atlético aparecía un contrastado central como una interesante opción para construir un equipo campeón.

Ramón es un tipo con suerte y con estrella, tan necesarias en un club cuyas cicatrices se reabren. Logró tres ascensos a Primera y un cuarto en los despachos cuando su Valladolid fue repescado tras haber perdido la categoría en el césped. Ya como técnico, devolvió al filial de la Cultural a Tercera División donde los jugadores del futuro no han parado de crecer.Entrenador o bombero, es el hombre idóneo para una situación límite.

Y se apagó la llama de Idiakez al que el destino pareció pagar su osadía en el feudo del Covadonga. Hasta entonces, brote de virus incluido, su equipo era estable y en muchos momentos brillante. Desde aquella mañana fue una caja de sorpresas, como su final, una Cultural que se confesó inferior al modesto Unionistas y terminó de rodillas, con diez y maldiciendo otra lesión, inoportunas todas, pero más si se trata de un jugador clave.

Y nuestra memoria refresca aquellos episodios tan culturalistas, autogoles, errores de bulto, penaltis…E imaginamos un thriller en Balaídos con el equipo sufriendo y resistiendo. Y en León, la afición soñando. ¿Tendrá Ramón un guion distinto? De momento bienvenida es su sonrisa. A su lado, el silencio rancio de un dirigente desacreditado y señalado. Ramón es el último flotador al que se agarra Felipe, si es que le queda tiempo. El agua le llega al cuello.
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