maximob.jpg

El triunfo de la sensatez

28/06/2016
 Actualizado a 14/09/2019
Guardar
Hace cuarenta y ocho horas nadie podría apostar, sin miedo a perder, que la coleta de Pablo Iglesias no iba a pasearse a sus anchas durante una temporada por los pasillos y demás dependencias de la Moncloa. Dicho de otra manera: no era imposible que el pueblo español se suicidara políticamente. Pero afortunadamente no ha sido así. Por una parte, una gran mayoría ha sabido valorar la sensatez, prudencia y experiencia de Rajoy y por otra no han dejado hundirse en la miseria al que debería ser el principal partido de la oposición o de alternancia al gobierno, al PSOE.

Dicho esto, ha llegado el momento de pensar en España y de hacer algo que en otras naciones europeas se hace con normalidad: llegar a acuerdos entre los distintos partidos. De ninguna manera dejamos de reconocer lo que tiene de razón esa enternecedora carta de una chica española que trabaja en Londres (antes de dejar de ser de la Unión Europea) enviada por Pablo Iglesias a los electores, la cual desearía volver a España. Lo que no sabemos es si él sería capaz de darle una solución adecuada. Por eso ahora ha llegado el momento de abordar entre todos la manera de solucionar los problemas que realmente aquejan a la sociedad española.

Por ejemplo, y sin quitar mérito a los efectos positivos de la reforma laboral, creemos que ha llegado el momento de ponerse de acuerdo, evitar los abusos que se cometen en nombre de dicha ley, de tantos contratos basura y del abuso a cuenta de los chicos que trabajan en prácticas por sueldos de hambre.

Con frecuencia al hablar de corrupción pensamos fundamentalmente en los políticos que aprovechan sus cargos para sacar tajada, pero son mucho más funestos y de peores consecuencias los que se hacen a nivel empresarial, evasión fiscal, falta de inspección, atropellos, chanchullos e injusticias…

En cuanto a la reforma de la Constitución, una cosa es hacer ciertas modificaciones puntuales y otra querer reescribir la historia. Así, por ejemplo, nunca hemos entendido esa obsesión del ‘Frente Popular’ de meterse con los Acuerdos Iglesia-Estado como si de privilegios se tratara, olvidando el enorme servicio que la Iglesia prestala sociedad.

Entre todos deberían ponerse de acuerdo para que a nadie le falte un trabajo digno, o una vivienda, recogiendo muchas de las propuestas de Podemos, pero buscando una solución realista y consensuada, repartiendo equitativamente los sacrificios que ello conlleve. El pueblo ha dejado bien claro que quiere más diálogo y menos demagogia.
Lo más leído