"El traje nos protege, pero hace que lleguemos a 39 grados"

La Universidad de León investiga medidas de enfriamiento en la extinción de fuegos

María Espinosa
31/08/2018
 Actualizado a 18/09/2019
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Las labores de extinción de incendios forestales exponen a las personas que luchan por apagarlos a condiciones extremas. Por ello, la buena condición física es clave para llevar a cabo con eficacia estas labores.

Para mejorar la forma física, Fabio García-Heras, estudiante de master de la ULE, propuso una investigación en la que utilizaba el entrenamiento interválico intensivo (HIT) para incrementar la forma física de los trabajadores de extinción de incendios forestales. El estudio se llevó a cabo con 10 miembros de los Equipos de Lucha contra Incendios Forestales (Elif). Este entrenamiento "ha mostrado ser muy eficiente en la mejora de la condición física general y específica del personal de extinción de incendios forestales", es una de las conclusiones del estudio de Fabio. Además, se probó una mayor resistencia y una mejora en el rendimiento laboral. Ahora Fabio forma parte de un equipo que indaga sobre las formas de mejorar las condiciones de estos trabajadores en relación a la temperatura corporal.

El estudio que están llevando a cabo los doctores Belén Carballo y José Gerardo Villa (ULE) pretende averiguar qué estrategia es más eficaz para que no aumente tanto la temperatura corporal y los trabajadores de extinción forestal no sufran golpes de calor o fatiga que les impida finalizar su labor.

Analizamos las estrategias para minimizar el incremento de la temperatura corporal para que puedan realizar el mismo esfuerzo con menos repercusión calórica
"Hacen su trabajo en condiciones climáticas y de terreno muy hostiles, además portan un traje que no les permite transpirar el sudor. Intentamos ver el estrés térmico al que están sometidos y en qué medida les condiciona una fatiga más temprana", así explica el doctor Villa la primera fase de la investigación que llevan a cabo. "Luego analizamos las estrategias que tenemos para que el incremento de la temperatura se minimice y puedan realizar el mismo esfuerzo con menor repercusión calórica", de esto trata la segunda parte de la investigación que realizan en la ULE.

En este momento, los investigadores realizan pruebas de laboratorio en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte con una muestra de trabajadores de Elif –la misma que empleó Fabio en su estudio previo–. "Es una prueba de esfuerzo (en una cinta de correr) con descansos similares a los que se realizan cuando se extingue un fuego y se aumenta la pendiente después de cada descanso", explica el estudiante. Además, los jóvenes que la realizan llevan todo el equipo que emplean en sus labores de extinción forestal, que en total pesa cerca de unos 25 kilos. "El traje nos protege, pero no nos permite transpirar el sudor", lo cual hace que se llegue a temperaturas de 39 grados que ponen en riesgo su salud y rendimiento.

Estas pruebas de laboratorio se realizan simulando las condiciones que se dan en la extinción de incendios, la temperatura de 31º grados y la humedad al 33%. En estos casos, la temperatura corporal va aumentando desde los 36 iniciales hasta los 39 que llegan a alcanzar. Para medirlo en el laboratorio "se utilizan unos parques para la temperatura superficial de la piel, y una pastilla que mide la interna", explica Fabio, que forma parte de la muestra por ser miembro del Elif.

Las pruebas que realizan son diferentes, "una de las estrategias que probamos es la de ventilación, en la que el sujeto se abre el traje y se quita el caso en el descanso", explica Gerardo Villa. "Otra de ellas es con la aplicación de frío, mediante unos chalecos especiales que se colocan en el pecho y en la cabeza para que no aumente la temperatura", ambas estrategias se combinan con otra prueba en la que el sujeto no lleva el chaleco ni puede ventilarse el traje. Con los datos que se obtienen se comparan para ver qué medida da mejores resultados para aplicarla.

Además de las condiciones fisiológicas se analiza la respuesta cognitiva antes, durante y después del testNo solo se miden los cambios fisiológicos, también se quiere comprobar en este estudio lo que la tensión térmica provoca a nivel cognitivo. "Los sujetos hacen una serie de pruebas cognitivas antes, durante y después del test con las condiciones de calor adecuadas para poder evaluar cómo el estrés térmico influye de manera fisiológica y la repercusión a nivel cognitivo", así lo explica la doctora Belén Carballo. Con este análisis se evalúa "el tiempo de reacción, la memoria de trabajo a corto plazo y el nivel de vigilancia", aclara Carballo, ya que "son fácilmente medibles y en otros estudios se ha demostrado que son las tres variables que más influenciadas se ven por el estrés térmico". Si se mejoran las condiciones fisiológicas con el enfriamiento "también afectaría a la capacidad cognitiva, que es lo que queremos contrastar y ver en qué medida se da este fenómeno", puntualiza la doctora.

Con todo esto los investigadores tratan de averiguar la forma de mejorar unas condiciones extremas a las que los trabajadores de extinción de incendios forestales se someten. De esta manera se podrán evitar riesgos que pongan en peligro su salud y que disminuyan su rendimiento en la extinción de incendios.
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