27/04/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Después de los fines de semana y los puentes festivos, suelen salir en titulares de los medioscifras de visitantes de los principales monumentos con los que presumir de tirón turístico. En el Bierzo, por ejemplo, 2.000 visitaron el castillo y museos de Ponferrada el pasado puente. Más de 5.000 las Médulas en Semana Santa.

Cada turista es un número y, con un poco de suerte, unos cuantos euros. Sólo a veces, cada uno de estos números con euros en el bolsillo expresa sus impresiones a través de algunas encuestas sobre la calidad de los lugares que visitan, el entorno o la atención que reciben. Pero lamayoría de ellas enfocadas a que digan lo mucho que les ha encantado su visita, más que planteada para ver qué cosas no les han gustado tanto y qué cosas se pueden mejorar.

Son sondeos que se parecen un poco aesas encuestas de periodo electoral que encargan los partidos políticos o algunos medios de comunicación para sus extrañas estrategiascon las que preparan la cita con las urnas o las negociaciones de gobierno. Como una que hicieron hace unos años en casa de mi familia. Mientras en España intentaban buscar presidentedespués de los últimos comicios y cuando nos habíamos olvidado ya que teníamos teléfono fijo, llaman de una empresa con un nombre ‘millenial’ y empiezan a preguntar por nuestras opciones políticas con preguntas aproximadamentede este tipo: ¿Qué votaría entre las siguientes posibilidades: extremismo independentista o Ciudadanos? ¿Populismo descontrolado o Ciudadanos? ¿Desgobierno eterno o Ciudadanos? ¿Sálvame Deluxe o Ciudadanos? ¿Que venga un ogro y nos coma a todos o Ciudadanos?...Unos días después había titulares en los medios que decían cosas como que un alto porcentaje de españoles elegirían a Ciudadanos frente a cualquier otra opción, según una encuesta.Y algo así deben hacer las instituciones con los turistas para saber su grado de satisfacción.

Pero hace unos días había unos chavales de algún instituto haciendo su propiaencuesta, que superaba lo millenial, a turistassobre lo peor y lo mejor de su paso por el Bierzo. Un grupo de personas que hablaban inglés con acento francés debatían sobre qué eralo mejor: la gente es encantadora, la comida buena, los paisajesmuy bellos y los monumentos muy interesantes.Y curiosamente coincidían en lo peor, ya que decían que era algo que les resultaba muy extraño. Las calles están llenas de colillas de cigarros. España está llena de colillas de cigarros, decían. Los españoles tiran las colillas en la calle, al lado del castillo o en las puertas de sus propias casas antes de entrar. Y los turistas les preguntaron a loschavales: ¿por qué lo hacen? Losencuestadores encuestados aún deben estar buscando su titular.
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