El tiempo pasa

El tiempo hace entrañables los años de escuela, los meses de ‘mili’ o establece efemérides. El tiempo hace que podamos comprobar cómo León sigue yendo a menos. El alfoz ha tirado de esta tierra, pero no lo suficiente, y al final, el resultado, es negativo

La capital leonesa y su entorno más inmediato pierde población y la que se mantiene va sumando años
17/06/2018
 Actualizado a 07/09/2019
Es frecuente en la información de actualidad lo de mirarse en tiempos pasados, e incluso futuros, comparando datos y situaciones. Las estadísticas siempre han de tener un punto de referencia, ya sea por detrás o por delante. Así, aventuramos que esta provincia, a este ritmo, será un solar en cuestión de unas cuantas décadas, o que hace unos cuantos años había muchos más parados que hoy en relación a la población activa. El tiempo... ese extraño fenómeno imparable que sirve de punto de anclaje y de reseteo, según se precise. El tiempo hace entrañables los años de escuela, los meses de ‘mili’ o establece efemérides. El tiempo hace que podamos comprobar cómo León sigue yendo a menos. El alfoz ha tirado de esta tierra, pero no lo suficiente, y al final, el resultado, es negativo. La capital y su entorno pierde población y la que se mantiene va sumando años. Lo dicho, el tiempo pasa. La gente en edad de trabajar es inferior a la que había hace unos cuantos ejercicios y, quizá por eso, el porcentaje de desempleados es menor. Una falsa ilusión que, en todo caso, sirve para coger un poco de aire. Estamos hartos de conocer, leer y publicar estadísticas que tiñen de negro el futuro de esta tierra, pero es el tiempo el que permite comprobar cómo han ido decayendo los hogares, la población, el empleo. Y es ese mismo tiempo el que puede hacer que las cifras den un giro, pero cuanto menos se pierda, mejor. De momento hay tiempo, pero el tiempo pasa.
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