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El Teatro Emperador: un cierre que no cesa

05/02/2023
 Actualizado a 05/02/2023
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Se dice de fulanito o fulanita, de esto o de aquello, que tiene varios novios. Para su nuevo enlace matrimonial con el espectáculo, al Teatro Emperador (Tempe) ningún pretendiente lo ha llevado hasta ahora al lecho nupcial.

En portugués se dice cuando algo está cerrado que está ‘fechado’. Vamos con las fechas. Tras funcionar ininterrumpidamente desde su inauguración en 1951, el Tempe se cerró el 31 de octubre de 2006. Su última sesión al público fue con la presencia del actor Viggo Mortensen, acompañado de Elena Maya, en el estreno mundial de la película ‘Alatriste’, basada en una novela del académico Arturo Pérez-Reverte.

Inmediatamente al cierre del Tempe surgió un clamor popular que reclamaba al Ayuntamiento la compra a la Empresa Leonesa de Espectáculos (Elde), su propietario. Pero quien se hizo dueño del mismo fue el Ministerio de la Vivienda, que en tiempos de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo compró por 4,7 millones de euros, asignándole el destino de Instituto Nacional de Artes Escénicas y Músicas Históricas (Inaem).

Consta que en 2008-2009 llegó a existir consignación en los presupuestos generales del Estado para poner el Tempe en funcionamiento. El intento de ponerlo en marcha salió del Ministerio de Fomento, convocando un concurso de ideas en 2010-2011, al que concurrieron quince estudios. La ganadora fue la Empresa Gaforidis S. L. dirigida por José María Pérez González, ‘Peridis’. Pero no se llegó a firmar ningún contrato, quedando la adjudicación paralizada hasta el día de hoy.

Según la idea inicial del Ministerio de Cultura, el Tempe sería reinaugurado en 2011 con una inversión de 5,5 millones de euros que incidiría en su restauración exterior e interior, retomando el aspecto planteado en el primer proyecto de Manuel Cárdenas, pero variando ligeramente el interior, al reducir el aforo de las 1.367 butacas a cerca de 1.200, cumpliendo así con la normativa europea vigente. La gestión correría a cargo de un patronato en el que, además del Inaem, contribuirían: Caja Duero, el Ayuntamiento de León, la Diputación de León y la Junta de Castilla y León. Posteriormente, al precisar las actuaciones interiores para la puesta en funcionamiento del nuevo Tempe, se calculó que el presupuesto de obras alcanzaría la cifra de 3.084.383 euros, IVA del 21 % incluido. Ambos intentos quedaron en agua de borrajas.

Sin embargo, algo se hizo. El edificio en el que está integrado el Tempe –junto a las oficinas de Elde y una vivienda particular– estaba en tal situación de degradación exterior que en 2012 se redactó un proyecto de intervención urgente, cuyas obras, realizadas por Decolesa entre agosto de 2012 y enero de 2013, alcanzaron una inversión por valor de 372.044.17 euros.

Resulta chocante que quien aspira hoy a ocupar la alcaldía de León en las próximas elecciones municipales se desentendiese sobre el Tempe cuando regía la Concejalía de Cultura y Turismo. Consideraba que la rehabilitación era asunto complejo y complicado, además de ser un asunto que concernía más a su propietario. Ahora, ante las mismas puertas del teatro, la misma persona denuncia al Gobierno central no apostar por la rehabilitación de este magnífico Coliseo. Y lo ha hecho probablemente sin reparar que, por la antedicha pasada inhibición sobre el mismo, podría tener para ella un efecto negativo en su pretensión a la alcaldía.

El actual alcalde de León ha prometido que el proyecto de rehabilitación del Tempe se presentará en febrero o marzo. Veamos, dijo un ciego.
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