El talón de Aquiles

Un paseo por la ciudad es la fórmula que los leoneses tienen para ocupar su tiempo. Actividad saludable y barata para quienes llevan la ruina en la espalda.

Antes, por la calle, se vivía el pulso de la ciudad, las calles, tiendas o inmuebles.

Como la Casa el Coño, por ejemplo; un edificio elegante, el primero que se veía al salir del puente dela estación, lo cual llevaba a la gente de los pueblos a exclamar: ¡Coño, qué casa!

Hoy, se habla de solares vacíos, esqueletos de construcciones o de los comercios que caen como moscas por el empobrecimiento de la sociedad.
Una institución tan poco sospechosa como Cáritas, establece que la pobreza infantil afecta a un 27,5 por ciento de la población española y, claro, detrás de cada niño hay una familia igualmente pobre.

Los sin techo se han incrementado a pesar de la ley de Rajoy y Rubalcaba, a raíz de la plaga de suicidios de personas desesperadas, arrojadas al arroyo con hijos de corta edad, ancianos, enfermos y casos igualmente espeluznantes.

Los parados, a pesar de las cifras maquilladas por la Báñez, rozan un 30 por ciento de la población. Creo que esta mujer ha perdido la fe, pues sus plegarias a la virgen del Rocío no hallan respuesta.

Es tal la situación que millares de españoles se ven obligados a rebuscar en la basura. Algo vergonzante que, para no herir la sensibilidad de la gente bien, son multados en ciertas ciudades con 750 euros. Más de lo que ganan muchos españoles y de lo que es el salario mínimo.

Teniendo en cuenta que en Grecia el paro es del 35 por ciento, que hay 300.000 hogares sin luz y un 25 por ciento sin alimentos, no cabe el triunfalismo electoralista de Rajoy pues, salvo por la superioridad en habitantes, nos parecemos demasiado. Le vamos pisando el talón a Aquiles.

Por ello, lo que pasó ayer en Grecia, está por pasar aquí, dentro de nada. Es inevitable, no cuelan más engaños. Como decía un filósofo griego, «ante los hechos no caben argumentos».

Tic tac, tic tac, tic, tac...