La acogida de la marca «ha sido muy buena» ya que a los empresarios no les implica económicamente nada y, sin embargo consigue un aval para sus productos «en otros sitios incluso este tipo de marcas les ha permitido llegar a otros sitios, hasta a expandirse por el extranjero porque les da proyección», apunta.
Las empresas interesadas en llevar el sello de la Reserva «se comprometen a respetar los principios y objetivos de las Reservas de la Biosfera y, en concreto, de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses.
Unos principios básicos que se establecen teniendo en cuenta el Plan Estratégico y el Plan de Gestión de la RBALE». En esos documentos se establecen algunas estipulaciones concretas como la forma de uso, responsabilidad, duración, defensa o el ámbito territorial de la marca. Hasta el momento se han sumado a esta idea cuatro firmas, dos relacionadas con el turismo, Asprotur y Binatur y otras dos con la miel de la como bandera, BeeBeer Bierzo T.C.-28 Lunas Miel y Miel Salvaxe.
El primer acuerdo que se firmó en este sentido fue en 2014 para el uso de la marca de la RBALE fue con la Asociación de promotores de turismo en el medio rural Ancares (Asprotur) ratificado en 2019 y del que se benefician ya todos sus socios. También empresas como BeeBeer Bierzo T.C. con sus productos de 28 Lunas Miel o los artículos apícolas de Miel Salvaxe y las actividades de turismo gestionadas por Binatur, utilizan ya el logotipo de la RBALE en en sus etiquetas, tras el acuerdo llevado a cabo en 2019.
Pero actualmente se están gestionando acuerdos para el uso de la marca con otros productores y empresarios como La Cantina de Teixeira, Artesanía Pumarego, Vinos Banzao, La Mirada Circular, Ancares Honey y Livegens. «Poco a poco han ido viniendo ellos a solicitarlo», explica Abad, para poner en valor que Ancares es «marca».
Emprender en Ancares
El emprendimiento en los Ancares Leoneses no marca picos en cifras y «es complicado», dice Abad. La excesiva burocracia, sumada a la falta de subvenciones y a las dificultades a mayores de asentarse en un espacio rural, merman las intenciones de los empresarios que quieren ubicar allí sus proyectos. «Se ven obligados a planificar cosas como tener luz industrial en determinadas zonas donde puede resultar imposible, cuando en la ciudad eso ni siquiera se plantea», apunta.
Este año, la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses organizó un encuentro de emprendedoras en esa zona para conocer sus inquietudes y dificultades. En ese encuentro se concretó la necesidad que apuntaban de «crear sinergias entre ellas, con varios sectores implicados para desarrollar la zona, más reuniones en las que intercambiar experiencias, conocer mejor el territorio y aprender unas de las otras para no cometer los mismos errores».
Sin embargo, sí ponían en valor el atractivo añadido que supone para sus productos estar en el medio rural y «sobre todo estar producidos en una Reserva de la Biosfera».
Además, Abad apunta que, frente a todas esas dificultades «lo más gratificante es que se sientan felices al haber desarrollado sus proyectos aquí y muchas hablan de eso», apunta.
Las nuevas empresas que se ubican en Ancares tienen factores comunes, como que todas son muy sociales y «quieren devolverle al territorio algo de lo que les ha dado, que es su producto». Por eso se muestran muy colaboradoras en todos los eventos que se desarrollan en la zona.