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El secreto de la felicidad

25/07/2018
 Actualizado a 16/09/2019
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El botones llama a la puerta de la habitación. Estamos en el Hotel Imperial de Tokio, en el año 1922. Debe esperar algo más de un minuto hasta que finalmente abre un hombre sonriente, a quien entrega el mensaje que lleva. Bien porque se niegue a aceptar una propina por cumplir con su trabajo, bien porque el huésped no tiene dinero encima en este momento y, pese a ello, no quiere dejar ir al botones sin agradecerle su servicio, el huésped sonriente escribe dos notas manuscritas y se las regala al trabajador del hotel: «Tal vez, si tienes suerte, estas notas serán mucho más valiosas que una simple propina».  

Nuestro hombre es Albert Einstein, uno de los personajes más célebres de la Historia, entre cuyos logros se cuenta el haber elaborado la Teoría de la Relatividad, revolucionando así nuestra comprensión del Universo. En una de las notas, que recientemente ha salido a subasta, Einstein expresa uno de los secretos para una vida feliz: «Una vida tranquila y modesta trae más alegría que una búsqueda del éxito ligada a un constante descontento». No deja de resultar sorprendente esta afirmación, viniendo de a quien el siglo XX convirtió en un icono del éxito.

Al veloz Aquiles, héroe mitológico, los dioses le concedieron elegir entre una vida larga en años y anodina u otra vida gloriosa pero corta. Su madre, que obviamente prefería la primera opción, como todas las madres, para evitar que su hijo acudiera a la Guerra de Troya, lo ocultó entre las hijas del rey Licomedes, vestido como ellas de doncella. De poco sirvió, finalmente elegiría la lanza, el camino de la guerra, la gloria y la muerte temprana.

Personalmente, creo que en la vida hay momentos para perseguir y momentos para estar en calma. Y que el éxito o la tranquilidad debemos encontrarlos siempre en nosotros mismos y no en factores, circunstancias o paisajes que nos son ajenos.

La segunda nota que le regaló al botones dice: «Donde hay voluntad, hay un camino». Yo emprendo ahora el camino al Noroeste. Me voy de vacaciones. Les agradezco que hayan acudido puntualmente a nuestra cita de los miércoles y si Dios quiere, comenzando el otoño, volveremos para hablar, como siempre, de León. Tanta paz tengan, como descanso dejo. Salud.

Ps: Felicidades a Santiagos, Jaimes y Jacobos y a todos los gallegos.
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