El santuario de la foca gris

La reserva de Doona Nook, al este de Inglaterra, comprende 10 kilómetros de costa y es famosa en el mundo entero por ser un auténtico santuario de este mamífero marino, muy común en el Atlántico norte

Javier Valladares
15/08/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Dos ejemplares de foca gris que habitan en la reserva de Doona Nook. |JAVIER VALLADARES
Dos ejemplares de foca gris que habitan en la reserva de Doona Nook. |JAVIER VALLADARES
Un amigo mío me dijo una vez que "la vida no se puede alargar, pero sí se puede ensanchar, viajando". Por suerte durante unos años he podido ensanchar mi vida. Yo ya había hecho otros viajes convencionales, pero con mi viaje a Doona Nook empezó mi periplo como fotógrafo de naturaleza.
 
En el condado de Lincolnshire, al este de Inglaterra, se encuentra la reserva de Doona Nook. Tradicionalmente tierra de piratas y corsarios, recibe su nombre de un barco de la armada invencible que se hundió en sus costas. La reserva comprende diez kilómetros de costa y es famosa en el mundo entero por ser un auténtico santuario de la foca gris. En el 2007 un grupo de amigos emprendimos viaje a este mítico lugar. Yo había visto fotos de las focas de Donna Nook en revistas, y para mí era poco más que un sueño poder viajar hasta allí. Para un fotógrafo de naturaleza tener acceso a esas especies tan «exóticas» por decirlo de alguna manera, y sobre todo con esa facilidad para poder acercarte a ellas a tan solo un par de metros, era una autentica tentación que no se podía contener. En época de cría más de 3.000 focas descansan en las playas de la reserva que debe su nombre a un barco de la armada invencibleRealmente Doona Nook es un campo de tiro de la RAFF. Solamente cuanto los bombardeos cesan, y los militares recorren la inmensa playa para limpiarla de cualquier resto peligroso, tienen acceso los fotógrafos, por una estrecha zona balizada, eso sí. Cuando llegas por fin a la línea de la costa y ves focas campando a sus anchas por todos los lados, sabes que has acertado con el destino.  Las focas grises en este entorno tan restringido encuentran su lugar perfecto para traer al mundo a sus crías. Es precisamente en invierno cuando las pequeñas focas grises, de color totalmente blanco, inundan las arenas de la playa de esta reserva. Hasta 3.000 focas grises se concentran en este paraíso para la especie, lo que le hace único en el mundo. Durante la época de cría la actividad militar cesa, para no alterar tan crítico momento en la vida de las focas. Poder estar tan cerca de estos bellos animales te proporciona una sensación de paz y bienestar difícil de transmitir con palabras. Te observan, juegan, se pelean, amamantan a sus crías, y se revuelcan en la arena sin parar. El intenso aire hace que la arena se nos clave a veces como perdigones, y hace que la sensación térmica no sea la ideal pero pasamos horas y horas fotografiando sin parar. Ya en el 2007 pude comprobar el exceso de fotógrafos de naturaleza, que hacía que algunas focas tuvieran alrededor hasta una docena de fotógrafos. Once años después no quiero ni imaginar como estará aquello de masificado.
 
La foca gris en un mamífero marino, muy común en el Atlántico norte. Los machos, notoriamente más grandes, pueden llegar a pesar 130 kilos y medir más de 180 cm. Cuando pescan pueden llegar a sumergirse a gran profundidad, y pueden aguantar más de diez minutos sin salir a la superficie a respirar.
 
Años después he podido observar y fotografiar focas grises en otros lugares, pero siempre en pequeños grupos familiares y en zonas rocosas de difícil acceso. Donna Nook quedará para mí en mis recuerdos como el auténtico santuario de la especie.
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