El riañés Manuel María, el vasco Imanol, el que pudo ser yerno de Fidel

El actor nacido en Riaño ha pasado esta semana por Ponferrada representando ‘El coronel no tiene quien le escriba’, dentro de una gira en la que en diversas entrevistas van dejando pasajes poco conocidos de su biografía

Fulgencio Fernández
01/03/2020
 Actualizado a 01/03/2020
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Estaba todo el papel vendidodesde hace días en el Bergidum de Ponferrada para ver a Imanol Arias en su papel del coronelMárquez Mejía, el protagonista de ‘El coronel no tiene quien le escriba’, de otro Márquez, Gabriel García Márquez.

Lleno absoluto y éxito rotundo como en toda la gira, que ya lleva meses recorriendo teatros, con las consiguientes entrevistas en las que el leonés ha ido dejando pinceladas bastante desconocidas de su biografía, ya que el actor siempre ha sido muy celoso con su vida personal.

Siempre se ha hablado mucho, y no siempre bien, de su nacimiento en Riaño, de si había renunciado a su tierra para ser vasco —por aquello de llamarse Imanol cuando fue bautizado Manuel María—... Para el actor todo es mucho más sencillo. Sus padres habían emigrado al País Vasco, «pero al llegar la hora de nacer yo mi madre quiso que naciera en su pueblo y se vino para Riaño». Y en Riaño nació y fue bautizado Manuel María, aunque a los 15 días ya regresó nuevamente a Éibar».

La fuerte personalidad de su padre, tornero de profesión, también está muy presente en sus recuerdos. «Yo estudiaba Maestría Industrial en la Universidad Laboral de Éibar y eso le gustaba, pero cuando le decía que quería ser actor se enfurecía y decía que todos los actores son unos maricones y unos muertos de hambre». Curiosamente Imanol regresó a su tierra convertido en icono gay —junto a Banderas— de la mano de Almodovar. «Mi padre se fue a media película sin decirnos ni adiós».

Aunque siempre se habla de su largo curriculum sentimental no es tan conocido que su primer amor con 17 años, Ana Gorostiza, se mató en un accidente y sumió a Imanol en una profunda depresión que le llevó incluso a dormir en el metro de Gran Vía. Se agravó al no poder matricularse en la Escuela de Arte Dramático, por no tener bachillerato, e iba a clase sin matricularse, ‘de extranjis’.

Su primer gran trabajo fue en Cuba, en una gran superproducción, «que fue un fracaso». Allí se hizo novio de una joven llamada Alina, que era una hija de Fidel Castro, nacida de una relación extramatrimonial pero reconocida por «el comandante» y que acabó siendo una feroz crítica de Castro.

A partir de ahí ya arranca una carrera de éxitos que pasó por Ponferrada, con una excelente acogida.
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