El que fue acusado inicial dice que es víctima de una venganza

Tras descubrirse que toda la trama estaba orquestada, el hombre tuvo que asumir el peso social de haberle tratado como ejecutor, cuando no lo era

ICAL
04/02/2020
 Actualizado a 04/02/2020
La acusada en el banquillo durante la segunda jornada de juicio. | ICAL
La acusada en el banquillo durante la segunda jornada de juicio. | ICAL
La expareja de la mujer faberense que supuestamente simuló su propio secuestro y la trama de la agresión sexual con pegamento a manos de él en octubre de 2016 en la comarca del Bierzo declaró hoy que atribuye esos hechos a una venganza por parte de ella. “Me ha cogido un odio brutal y es en venganza por haberla dejado. El día que le dije que se acababa me dijo que si la dejaba me arruinaba la vida”.

El hombre, con el que la acusada, Vanesa G.G., comparte paternidad, y que llegó a acumular 317 días de prisión provisional por las sucesivas denuncias presentadas contra él por ella, relató en el juicio las consecuencias de dichas denuncias en su vida, y aseguró que ha perdido la relación que tenía con sus hijas. "No quieren saber nada de mí porque me tienen miedo”, dijo, además de indicar haber recibido amenazas por redes sociales y críticas que sus ex vecinos, que le llevaron a cambiar de domicilio.

“Me llaman el pega coños”, lamentó antes de recordar que su imagen se hizo pública en numerosos medios de comunicación, "sin pixelar", con su "nombre y apellidos y en ningún momento la presunción de inocencia”.

Por su parte, la farmacéutica de Bembibre, que fue la primera persona en ver y hablar con la acusada después de los hechos supuestamente simulados, manifestó hoy en la Audiencia Provincial de León, donde se juzga por segundo día el caso, que Vanesa llegó al establecimiento sobre las cuatro de la madrugada con aspecto sucio, la camiseta rota y una media también rota puesta alrededor del cuello, además de presentar en las manos restos de celofán o de alguna cinta adhesiva.

“¡Llama a la Guardia Civil, me quiere matar, quiere matar a mi hijo!”, fueron las frases que repitió ante la farmacéutica en un relato “inconexo” al que sucedió la llegada de los agentes de la Guardia Civil y de una ambulancia.
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