El Puente de los Leones lucirá nueva imagen con 600.000 euros

El Ayuntamiento ultima la renovación total de las aceras y mejorará el estado de su estructura inferior, que no tiene daños de relevancia

Alfonso Martínez
18/07/2022
 Actualizado a 18/07/2022
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Fue el segundo puente que se construyó en la ciudad de León para cruzar de un lado a otro del río Bernesga y su origen hay que buscarlo en la llegada del ferrocarril, que impulsó el desarrollo urbanístico de la zona oeste.

Hasta 1863 allí no había nada. O casi nada. Un vivero provincial, algunas fincas con pequeñas casas de planta baja y huertas, las choperas habituales en cualquier ribera y las carreteras que llevaban a Zamora o a Galicia. En noviembre de aquel año llegó el primer tren y medio año antes el ingeniero Eduardo Saavedra Moragas proyecto el entonces denominado Puente de la Estación, que se sumaría al de San Marcos, el único que había en la ciudad.

Hasta entonces, si se quería cruzar por otras zonas hacia lo que en la actualidad es el barrio del Crucero, solo quedaba la opción de habilitar pasos con troncos y otras estructuras de madera. Y esto solo era posible en verano, puesto que en invierno el agua inundaba los terrenos que hoy ocupan la estación de autobuses y las piscinas de Sáenz de Miera debido a que el río solo estaba mínimamente canalizado en el paseo de la Condesa de Sagasta.

Ya en el siglo XX, con el objetivo de mejorar la circulación hacia el centro de la ciudad por Ordoño II, se decidió ensanchar el puente. En 1931 se llevó a cabo una discreta modificación y cuatro años más tarde se acometió una intervención de mayor relevancia que acentuó el ensanche del tablero. La siguiente gran transformación data de los años 60 y fue en aquel momento cuando pasó a denominarse como Puente de los Leones, ya que se habían colocado en sus cuatro vértices las esculturas en piedra caliza obra de Víctor de los Ríos.

En 2003 se acometió un importante cambio estético con la sustitución de las baldosas de las aceras por una losa de piedra natural en tonos grises y rojos. También se instaló entonces la actual barandilla de hierro forjado y madera, cuyos pilares más gruesos tienen en su extremo superior una esfera de bronce y en el centro el escudo de León.

Nuevo proyecto

Y será ahora cuando se complete la renovación iniciada el pasado año en este emblemático puente. El plan de asfaltado sirvió entonces para llevar a cabo la impermeabilización del tablero y la renovación de la capa de rodadura y ahora se actuará en el resto del viaducto con una inversión de 600.000 euros. La mitad se ejecutará con el contrato de mantenimiento integral de la ciudad que impulsa el Ayuntamiento de León y la otra mitad con cargo al capítulo de inversiones reales del presupuesto municipal.

El estado de las aceras es manifiestamente mejorable y algunas de las losas se han retirado estos años para cubrir los huecos con cemento. Ahora se va a apostar por una piedra sintética que es mucho más duradera y cambiará la imagen del puente, que en principio mantendrá la barandilla actual.

Mástiles con banderas

Otra de las novedades más visibles será la colocación de varios mástiles en los que ondearán de manera alterna banderas de León y de España para dar la bienvenida a los visitantes que lleguen a las estaciones de tren o autobús, según explican a este periódico fuentes del equipo de gobierno municipal.

La otra gran intervención será visible por quienes utilizan los paseos de la ribera del Bernesga y pasan por debajo del puente, ya que se centrará en reforzar y mejorar la estructura inferior. Los informes técnicos descartan que haya daños de relevancia que pongan en peligro la seguridad del viaducto, pero su imagen dista mucho de ser la deseada, ya que hay desconchones en el hormigón que dejan visible la ferralla de la estructura en plena oxidación.
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