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El poder del relato

10/12/2019
 Actualizado a 10/12/2019
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Este sábado de puente, aprovechando el buen tiempo, fui de ruta con unos amigos de la asociación ADAS, altamente recomendable, por Quintana de la Peña, un pueblo semi abandonado si no fuera por la existencia de dos vecinos que, además, se llevan bien. Con uno de ellos estuvimos conversando tanto a la ida como a la vuelta de nuestro objetivo y su historia nos emocionó: jubilado de la mina después de doce años, lleva allí desde el 87, viviendo al ritmo de la naturaleza y despreocupado del mundanal ruido.

-¿Y si te pones malo?

-Desde que estoy en estas tierras no sé qué es la enfermedad. Si un día andas mal, te levantas pronto, te pasas el día en el monte y se te cura cualquier cosa que tengas.

En este mundo en el que vivimos, donde las profesiones del futuro están aún por descubrir, este «contador de historias» me recordó a Nelson Mandela diciéndonos cómo sería África después del apartheid, o a Luther King en su famoso discurso: ‘Tengo un sueño’. ¡Y qué eficacia tuvieron! Y, aparte de ser un arte muy bien valorado en muchas empresas –baste recordar los comentarios de Bezos, fundador y CEO de Amazon («las habilidades de comunicación de primer nivel son esenciales») o la forma de comunicar de Branson, fundador de Virgin, el contar da sentido a nuestra propia construcción del mundo y nos permite conocernos a nosotros y a los demás, una necesidad antigua y que ya apreciamos en las escenas de caza de la cueva de Lascaux, en la región francesa de Dordoña, que tienen unos 17.000 años de antigüedad y que los expertos consideran el testimonio narrativo más antiguo que existe.

Un ejemplo actual, para nuestra desgracia y al que hemos de estar precavidos, de ‘Relato económico’, por citar el último libro del economista y nobel de economía Robert Shiller (‘Narrative Economics’), donde las historias que nos contamos unos a otros se convierten en virales y condicionan la propia evolución de la economía, podría ser el de la recesión que está por venir. La cuestión de fondo es que la forma, en este ejemplo, lo es todo, pues podríamos asistir a una profecía auto-cumplida.

Y, para terminar, quería contarles que mañana miércoles presento junto con Marcelo Oscar Barrientos Tettamanti e Isamil9 ‘Entre Dios y yo. Micrrorelatos para nada (des)moralizantes’. Será una conversación entre amigos a la que estás invitado. A las 20:00 horas, en El Gran Café. Y no es cuento.
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