El pilar del turismo

Cuando prácticamente todo el mundo estaba de acuerdo en el abandono de la actividad agraria, por aquello de que había que ‘redimensionar’ las explotaciones para que siguieran mandando los mismos de siempre, la única solución que a muchos se les ocurría para buscar alternativas de desarrollo económico en las comarcas leonesa era el turismo rural, el repetido «por esto en Madrid pagaban». Se generó una burbuja del turismo rural, en parte pagada por los mal utilizados fondos de activación en el caso de las cuencas mineras, en las que hoy nos podemos encontrar muchas casas que fueron restauradas con dinero procedente de Europa y el objetivo de convertirse en casas de turismo rural y, a la hora de la verdad, no han sido más que viviendas particulares, pues es imposible encontrar una reserva. Con el paso del tiempo, al turismo se vuelca casi toda la esperanza que no se puedeo no se sabe depositar en otros sectores, ya que la industria en esta tierra brilla por su ausencia y la investigación está aún lejos de copar el protagonismo que debería. Con todo ello, haciendo nuestras ciudades y nuestros pueblos pensando en el turista en lugar de en los habitantes que verdaderamente le dan vida, hacemos que nuestro sistema económico pivote en el más inestable de los sectores, en el más castigado por esta pandemia. La demolición de nuestros pilares estructurales que ha provocado el virus debería servir para reiventarnos y buscar alternativas.