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El perro se comió mis deberes

10/02/2023
 Actualizado a 10/02/2023
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Dicen los ingleses algo así como «the dog ate my homework», lo que viene a significar que «el perro se comió mis deberes» y que se utiliza como sinónimo de explicación inverosímil y pueril de cualquier tipo de fracaso. Pues bien, al alcalde de León, el socialista Diez, con el asunto del viaje a Catar a gastos pagados con su mujer, el perro se comió sus deberes y la semana pasada quiso salir airoso del atolladero, metiendo en el lío a organizaciones empresariales, Cámara de Comercio y Universidad, utilizándoles como simple atrezo de un teatrillo improvisado por el gabinete de comunicación de la alcaldía del ayuntamiento de León, diseñado a muy mala idea.

Según parece y así lo cuentan hasta miembros del mismo equipo de gobierno, el Alcalde y su gabinete, al ver que el ‘Catargate’ se les iba de las manos y que trascendía la prensa local para saltar a medios nacionales, la que leen en Ferraz y en Moncloa, convocaron de urgencia a empresarios y Universidad, para informarles de una visita conjunta a la embajada de Catar en Madrid.Ya es casualidad que después de dos meses del viaje de marras, en el que Diez y su mujer disfrutaron de los lujos de oriente medio, hospedados en un hotel llamativo cuyos precios por habitación doble en temporada baja (y ya pasado el Mundial) van desde 1190 € desayuno buffet, periódico y wifi incluidos, surgiese, a los pocos días de saltar la noticia y el escándalo, un viaje de trabajo a la embajada de Catar en Madrid.

Me estoy imaginando la escena del gabinete de alcaldía de León llamando a la embajada catarí en plan Miguel Gila, para comenzar la conversación con un «¿es el embajador?, que se ponga», y el conserje, el de recepción o el que acostumbre a responder al teléfono, con cara de alucinado preguntase «¿y usted quién dice que es?»

Me divierte imaginar cómo seguiría la conversación, que sería con un «mire usted, el embajador no se encuentra» por parte del interlocutor catarí, a lo que desde el Ayuntamiento de León responderían angustiados con un «verá, le llamamos desde León, ya sabe, donde la Cultural. Mañana tenemos una rueda de prensa en la que tenemos que decir sí o sí que vamos, junto con una delegación leonesa, a la embajada que usted tiene el gusto de abrir y cerrar cada día. Sí, sí, lo entendemos… pero no hace falta que nos reciba el embajador, nos vale cualquier agregado diplomático, administrativo o incluso usted, si ese día se viste de traje y corbata».

¿El resultado? Una rueda de prensa teatralizada donde los asistentes vieron horrorizados que las sillas habían sido dispuestas para mandar un mensaje de apoyo al alcalde, una nota de prensa municipal que escondía el motivo de la convocatoria, un comunicado a las pocas horas del CEL, Fele y Cámara de Comercio, desmarcándose de la coartada del alcalde y una visita a la embajada ayer, con foto de familia y pocos detalles de la misma, en la que, por supuesto, no hay ni rastro del embajador.

En fin, que, a Diez, el perro se ha comido sus deberes.
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