Fernando Rueda es el mayor experto en los servicios de inteligencia españoles y ha publicado 15 libros, la mayor parte sobre el funcionamiento interno del CNI –el último, el best seller “Yo Confieso”, las memorias de Mikel Lejarza El Lobo–, pero ahora salta a otra parte del planeta para contarnos, con nombres y apellidos, las circunstancias que terminaron con la muerte de siete espías en una carretera iraquí y de un octavo que, un mes antes, fue acribillado en solitario.
El autor es tan consciente de que aquellos hechos están pendientes de un esclarecimiento que divide la novela en dos partes: en la primera, reconstruye los acontecimientos tal y como sucedieron, y en la segunda imagina un final para esa mancha negra en el expediente bélico nacional.

Fernando Rueda reconstruye la vida de Alberto Martínez y José Antonio Bernal, así como de sus compañeros del CNI, y nos muestra a los colaboradores y confidentes con los que contaron en Irak. Uno de ellos delató a los espías españoles y, por tanto, fue el responsable último de sus muertes. Entre ellos destaca la figura de Flayeh Al Mayali, profesor del departamento de español de la Universidad de Bagdad, que colaboraba con Martínez, el principal sospechoso según el CNI.