El pequeño cazador

El alcaudón dorsirrojo tiene un potente pico curvado, más propio de un ave rapaz que de un ave paseriforme

Javier Valladares
01/07/2020
 Actualizado a 01/07/2020
La hembra recibe un regalo recién cazado por el macho. | JAVIER VALLADARES
La hembra recibe un regalo recién cazado por el macho. | JAVIER VALLADARES
El alcaudón dorsirrojo es un pájaro muy habitual en la provincia leonesa en los meses de verano. A medio camino entre una ave paseriforme más y una pequeña rapaz, es todo un experto cazador. Su característico pico curvado, mas propio de las rapaces, y las garras inusualmente rematadas por unas potentes uñas ya denotan su marcado carácter depredador y carnívoro.

Su hábitat preferido son las zonas de campiña, con abundantes espinos y zarzas, y zonas linderas de bosques.

En los primeros días de mayo comienzan a llegar a sus territorios, y son fáciles de ver en lo alto de los floridos espinos, desde donde se lanzan en un rápido vuelo sobre sus presas favoritas. Este año he podido observar un inusualmente alto número de alcaudones dorsirrojos en mi zona de campeo.

Con una cabeza voluminosa y un marcado antifaz, los machos se difieren de las hembras en el tono gris cenizo de la cabeza. Ambos, macho y hembra, tienen el dorso rojizo que les confiere su nombre.

En medio de una impenetrable maraña de zarzas construyen su nido donde con un mimo exquisito cuidan de su prole. Los jóvenes al independizarse son más parecidos a la hembra, con tonos más pardos.

Los alcaudones dorsirrojos, al igual que el resto de alcaudones, son expertos cazadores. No solo cazan insectos, sino que se atreven con pequeños roedores, reptiles y aves, que ensartan en ramas espinosas a modo de despensa.

Para completar las fotos que ya tenia de la especie, acudí a los Hides gestionados por AVESHIDE en la localidad de Crémenes, donde Bernard Canal Rubio hace un trabajo excelente. Yo ya estaba acostumbrado a trabajar con la especie, pero llegar y ver a una pareja tan colaboradora, como la que tienen en Bernard, pues es un privilegio. Ambos ejemplares entran sin cesar, haciendo las delicias de los fotógrafos de naturaleza que allí acuden. Buena parte de las fotos que acompañan a este reportaje están hechas allí.
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