El panadero del ciclo cerrado, siembra trigo, lo recoge, muele y 'cierra' amasando

Talí Riaño, panadero de Valdeón, acaba de amasar las primeras hogazas de "ciclo cerrado" y ecológico, él lo hace todo, desde sembrar trigo hasta meterlo al horno

Fulgencio Fernández
19/06/2022
 Actualizado a 19/06/2022
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"Yo le llamo pan de ciclo cerrado, otros le llaman ecológico, que lo es ciertamente, sin necesidad de ningún sello. La realidad es que solo nuestra panadería interviene en todo el proceso con productos naturales, desde sembrar el trigo a vender las primeras hogazas, queya han salido del horno hace tan solo unas semanas".

Así resume Neftalí (Talí) Riaño un proceso en el que lleva inmerso un par de años. Un paso más en una de tantas aventuras o experimentos (llámale investigación, que también lo es) que emprende este panadero de Valdeón que comenzó sembrando una hectárea de trigo y ya vende sus hogazas; igual que antes inventó unas pastas que llamó ‘Garabitos’ (elegidos la mejor pasta artesanal en la feria Productos de León) o las ‘Valdeonas’, de las que ha vendido unas ocho mil cajas en el año que llevan en el mercado. Dos nombres que marcan sus pasiones: Garabitos se inspira en una maña de la lucha leonesa y Valdeonas en el gentilicio de la comarca: "Que no es valdeonas sino valdeonesas, pero en la comarca cuando llega la gente a un lugar se dice, ahí están las valdeonas. El nombre es un guiño a esta realidad, que no siempre es la oficial", explica Talí.

Pero la noticia actual, la novedad más reciente, son las primeras hogazas de ciclo cerrado que ya han salido del horno. "Lo que me llega es que están gustando. A algunos les extraña el sabor, diferente claro, pero cuando me dicen que el pan les sabe a trigo, que es lo que más repiten, pienso que algo estaremos haciendo bien pues de trigo está hecho".



Una hectárea en Almanza


El origen de la aventura está en sembrar de trigo una hectárea de tierra en Almanza. "Sacamos de ella unos 3.000 kilos de harina; este año hemos sembrado dos hectáreas, pero con el año que estamos teniendo igual en vez de recoger el doble no recogemos nada", dice Talí, que se toma la aventura como lo que es, un experimento, y, en el peor de los casos, "lo que más perdería sería trabajo. Y a eso ya estamos acostumbrados los panaderos".

Y Talí Riaño siguió participando en todo el proceso, ‘trillar’ el trigo, moler para sacar la harina... y pan. "Después de tener la harina hemos comenzado a experimentar con masa madre; primero en una proporción del 20%para ir subiendo hasta el 35%, los resultados son buenos y a la gente, en general, le está gustando aunque siempre hay ciertas reticencias, por ejemplo con el hecho de que sea una harina más oscura y llegan los recelos, les extraña, cuando los recelos deberían ser con el resto de las harinas, que son las que están tratadas".

Reconoce Riaño que, a veces, hace otros ‘experimentos’ como "no decir que he hecho el pan con esta harina para ver qué me dicen; pues si cuento lo del pan ecológico siempre hay quien tiene ‘prejuicios’, a favor o en contra; y así espero a ver qué me cuentan y escucho".

Un personaje Talí, con alma de panadero, de esos que en invierno llegan hasta el último pueblo aunque haya que atravesar una gran nevada.

Y si el Land Rover no llega a un pueblocarga una cesta al hombro y rompe nieve hasta done viven los clientes.
- ¿Se presenta buen verano?
- Primero tengo que encontrar panadero y repartidores, que no está fácil.
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