Para realizar estos trabajos se ha contado con una formaciónonline y presencial en el propio municipio y, después, con una puesta en práctica de todos los conocimientos. Alrededor de 70 personas han podido participar en las clases a través de Internet y unas diez o doce se unieron presencialmente para, también, unirse en la construcción de un muro en el Palacio. "Formamos en conocimientos que vinculan la construcción con tierra con elementos que hay en el propio Palacio", señala Izaskun Villena, directora técnica de la Fundación Rehabitar. El proceso llevado a cabo ha consistido en unos análisis previos de reconocimiento de las tierras, prácticas de elaboración de adobe y un muro de tapia vertida —llamado tapialejo— "como si fuera hormigón de tierra que se vierte sobre unos encofrados colocados previamente", explica Villena. Además, los participantes del curso, llegados de Galicia, Asturias, Valladolid o del propio municipio, también "han aprendido lo que son las fábricas de ladrillo, un ladrillo recuperado que han aprendido a colocar, y diferentes técnicas de arquitectura de tierra", explica la directora técnica.
Así, el trabajo realizado en una estructura del Palacio quedará allí, "cumpliendo su función" junto a otro con el que ya intervinieron en 2018, "porque siempre queremos dejar algún elemento que sirva allá donde vamos". "La experiencia ha sido muy satisfactoria para todos, tanto participantes como profesionales de la Fundación y de la Uned, y de cara al año que viene queremos seguir colaborando y trabajando con otro tipo de técnicas. También con otras asociaciones que estén próximas a Grajal", detalla Izaskun Villena.
Mantenimiento de palomares
La Fundación Rehabitar trabaja, además, en la conservación una de las construcciones más simbólicas de la zona: los palomares. Gracias al proyecto ‘Apadrina un palomar’ llevan a cabo la puesta en funcionamiento de estas edificaciones para la cría de paloma, una iniciativa que forma parte de un proyecto agroalimentario para desarrollar estructuras de transformación del pichón y la paloma. "Necesitamos estructuras productivas y pensamos que lo mejor es rescatar el patrimonio que todavía tenemos". Villena explica que algunos municipios leoneses, como Joarilla de las Matas, ya están en su "lista de espera" para realizar pequeñas reformas en sus palomares, ya que "con los recursos económicos que tenemos no podemos reconstruir grandes edificaciones, pero sí aquellas en las que hace falta un pequeño mantenimiento o algún retejado, para ponerlos en marcha", explica desde la Fundación Rehabitar.