El 'padre de Leitariegos'

La estación de esquí de Leitariegos anunció su apertura y el lunes fallecía el que casi todos consideran ‘el padre de Leitariegos y el esquí en Laciana’, Abilio Cadenas, fundador y presidente de la Sociedad Deportiva Peñarrubia, organizadora de numerosas actividades deportivas

Fulgencio Fernández
13/12/2020
 Actualizado a 13/12/2020
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La casualidad, si existe, propició en los inicios de esta semanaque las noticias procedentes de Laciana casi se solaparan. La primera anunciaba que Leitariegos sería la primera estación de esquí de la provincia en abrir sus puertas e iniciar la temporada de esquí; la segunda era un fallecimiento, el del hombre que seguramente más se hubiera alegrado de que la estación comenzara a recibir esquiadores, Abilio Cadenas de Lama, pues él fue el padre de Leitariegos, del esquí en Laciana y de tantas otras iniciativas deportivas que apadrinó desde el Club que fundó y prácticamente dirigió durante casi toda su vida: El Club Deportivo Peñarrubia.Son muchos los que opinan que en aquellos años terribles en los que la droga hizo estragos entre la juventud, y más en las cuencas mineras, Abilio fue el más tenaz y eficaz muro de contención en Laciana.

Tuve ocasión de hacerle una muy larga entrevista, que era para hablar de minería pues fue trabajador de los talleres de la MSP, pero Abilio se me escapaba hacia el deporte, el esquí, la montaña, Leitariegos... De Peñarrubia: «Había en el colegio un maestro de la zona de Astorga que se llamaba Leandro Abella, que le gustaba mucho el deporte, aunque el esquí no lo conocía. Él fue quien pensó en fundar el club y nos pusimos a ello, con la mala suerte que el Ministerio lo destinó a otro colegio y me dejó a mi al frente de aquel tinglado. Era el año 1968 y así me convertí en el primer presidente, en una asamblea que se celebró el 8 de diciembre».

Es fácil imaginar la dificultad de aquellos primeros pasos y, sobre todo, contaba Abilio que casi ni ellos creían que llegara a ser posible que Leitariegos tuviera remontes, aunque jamás se rindieron hasta que llegó un contratiempo casi histórico... «nos embarcamos en poner en marcha el remonte con el dinero que nos daban el Consejo Superior de Deportes y el que nos había prometido la Diputación de León,pero a la hora de la verdad resultó que la Diputación olvidó su compromiso y nos acabaron embargando el remonte, era muchísimo dinero, no lo podíamos afrontar de ninguna manera, menuda desilusión».

Pero aquel paisano pausado, tranquilo y tenaz tampoco tiró la toalla y tomó el camino de pensar que con muchos socios, más cuotas, más fuerza, podrían salir adelante sus proyectos, los del club. «Pronto llegamos a los 500 socios, que nos parecía impensable y todos eran de la comarca, de Laciana, claro, de Ponferrada ytambién de la zona de Cangas. Se fueron multiplicándolas actividades, poniendo autobuses para desplazarse a Leitariegos desde Ponferrada los fines de semana... Hacíamos muchas salidas para no perder la actividad en verano; la verdad es que la montaña también era una pasión para mí».

- ¿Salíais a competir?
- No. El Club estaba pensado más para el ocio que para la competición, aunque yo sí salí a competir, digamos que por mi cuenta, iba con los de Maraña, con Alfredo Cascallana el de Pajares, se me daba bien; pero ya te digo, el club se centraba más en practicar, divertirse y que fueran creciendo las infraestructuras de la estación. «Para el albergue nuevamente fue importante la ayuda del Consejo Superior de Deportes, de un millón; y otro para el remonte, pero ahí cuando a la Diputación se le olvidó su parte. La verdad es que jamás nos dieron la más mínima explicación, tengo que decir que siempre nos sentimos algo discriminados con respecto a otras estaciones y Leitariegos ofrece muchas posibilidades, de todo tipo».

Y siempre, después de quejarse de los olvidos, te pedía que resaltaras el apoyo de gente que sí se volcó con el club y la estación. «Uno fue José María Suárez, que era muy aficionado al esquí y la montaña, y el otro Jaime Lobo, que fue presidente de la Federación, y que nos gestionaron muchas ayudas».

Hablando de ayudas, ¿cómo se salvó el trance del olvido de la Diputación y su millón?

- Fue muy curioso. El dueño de la sala de fiestas Nevada, de Villablino,Alfredo Farto, decidió acudir a la subasta del remonte que nos habían embargado y se lo adjudicaron. Después el Ayuntamiento parece que también se implicó, no lo había querido hacer con el club pero sí lo hizo con el empresario. Bueno, el caso es que salvamos el trance, que era de lo que se trataba».

Salvaron ese trance y otros muchos. Siguieron ‘caminando’, crecieron los socios, que llegaron a superar los mil, las actividades, como la Marcha a Carrasconte, senderismo... y Abilio lo veía feliz. Era su obra.

Hasta el lunes, que se fue con 78 años. Leitariegos sabe que allí falta un esquiador. Y un buen tipo.
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