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El otoño es nuestro

18/09/2021
 Actualizado a 18/09/2021
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El calendario no es un baremo exacto. El otoño está aquí, llega para quedarse. No importa si aún es 18, no hace falta esperar al 21. Ya crecen setas en el campo que antes regalaba margaritas. De nada serviría resistirse para atrapar el soplo de un verano que ya ha huido. Pero no acepto esta venida con sabor a regreso desde la nostalgia, no quiero hacerlo, aunque la memoria del verano tenga sabor a eternidad. Todo vuelve a empezar y eso siempre es motivo de celebración. Aunque la palabra ‘rutina’ tenga sus connotaciones, hay algo en la costumbre que necesitamos. Llega un punto en el que el vértigo y la improvisación también cansan.

Retomamos contactos, pedimos cita con esos cafés pendientes que llevaban meses esperándonos, ultimamos lecturas estivales, hacemos la colada, fijamos reencuentros, cambiamos de colores los armarios. Ponemos la casa a punto, más o menos, tampoco hay que sufrir por nimiedades, los calcetines pares serán de nuevo impares, démosles tiempo. Hacemos las mochilas, los colegios e institutos abren sus puertas, que se lo digan a los padres y madres de familia, ellos saben bien el agujero negro que se forma en sus cuentas corrientes con la vuelta a las aulas, o a las jaulas, como muchos jóvenes las llaman con cierta ironía. Programemos horarios, actividades que llenen nuestro ocio mientras el viento clama y se derrama la lluvia en los cristales. Plantemos ilusión.

Porque el otoño es nuestro, no lo olvidemos. Viene para recordarnos que toda muerte es un renacer. Desnuda los bosques hoja a hoja, nos ofrece higos y granadas, las mieles más dulces, brezo. Su belleza nos deja atónitos, se lo dice una experta en contemplar praderas y montañas. Septiembre y octubre son postales en las que los bosques se convierten en magia que aterrizará en numerosos fondos de pantalla. No nos conformemos con esa visión, hagámosla real y panorámica. Probemos su mosto, disfrutemos su luz inagotable.
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