El oro de Villafranca

Hoy les vamos a hablar de otro tema que, aunque relacionado con la construcción, no deja de tener un interés fuera de lo común ya que si decimos que Villafranca está construida con oro, no deja a nadie sin admitir cierta perplejidad, ya que esta afirmación parece una utopía y no deja de ser una realidad.

Ramón Cela
09/07/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Foto de Ramón Cela de las explotaciones auríficas de la zona villafranquina.
Foto de Ramón Cela de las explotaciones auríficas de la zona villafranquina.
Hace ya muchos años, cuando no había fábricasdeáridos con que hacer el hormigón, se utilizaban materiales como el barro en formas de adobe, tapial y otros como maderas entrelazadas, con finas lajas y barro. Naturalmente, se usaba la cantería depiedra con barro o mezclada con cal (en el Bierzo siempre hubo numerosas caleras)y arena del río. La paja no faltaba y lo mismo se empleaba para interiores como exteriores, además de útiles entre los que no faltaba nunca las maderas, que entrelazadas, permitían con lajas y paja en algunos casoshacer paredes interiores y en ocasiones exteriores como sucede en muchas partes de nuestra comarca y que al día de hoy permanece impasible al paso de los tiempos.

Las poblaciones que disponían de ríos de aguas bravas, tenían siempre la gran ventaja de conseguir una buena arena que los romanos utilizaron cuando descubrieron las ventajas que ofrecía el hormigón hecho con cal yla enorme sabiduría que ellosaportaron a las diversas construccionesque subsisten al día de hoy. Recientemente se han descubierto incluso construcciones de hormigón submarinas que lejos de envejecer, se hacen más fuertes.

En Villafranca del Bierzo, se puede decir que se han utilizado todo tipo de técnicas de construcción tanto para edificios como para otros menesteres, razón por la cual se puede considerar a esta población como la cunade las innovaciones arquitectónicas de la comarca, ya que cuenta con numerosos edificios con particularidades como la piedra verde, que extraída en diversas canterasa cierta distancia para otras épocas, conformaban las fachadas de palacios o casas solariegashabitadas por la realeza de siglos pasados y que hoy forman parte del patrimonio urbanístico de la villa. La extensa muralla que rodeaba a Villafranca, nos sorprende por su solidez y comportamiento al paso del tiempo. Lamentablemente, esta poblaciónquellegó a ser capital de provincia ha ido dejando desaparecer la mayor parte de la misma, quedando restos que demuestran tanto la altura como el grosor. Lasobras que de forma indiscriminada se hicieron en los últimos siglos hicieron que en parte desapareciera y en ocasiones quedara sepultada ,pero no por ello, algunos restos de la misma, nos ofrecenuna visión que no deja de sorprender, ya que en algunos casos sobrepasaba los cuatro metros de espesor como sucede en las inmediaciones del castillo.

El viaducto de Villafranca, fue la primera obra de cierta importancia que se hizo en España con hormigón armado recién estrenado el siglo XX. La mayor dificultad estaba en traer las varillas de hierro que bien pudieron haber sido hechas en las herrerías bercianas, ycon elcemento que permanece en la incógnita. La configuración de la grava con el cemento y el hierro , fue muy simple, solo había que cogerla enlas cercanías, eincluso a pie de obra ya que el río Burbia está situado a escasos metros, pero lo que nunca supieron sus constructores era que aquellos áridos contenían una cierta cantidad de oro que provenía de La Leitosa que a escasos diez kilómetros se encuentra atravesada por el mencionado río y queanteriormente los romanos habían explotado hasta que se dieron cuenta que les resultaba más rentable extraer el oro de Las Médulas, al ser la compactación del terreno mucho másendebley sencillo que el de Los Cáscaros o La Leitosa aunque tuvieran que hacer, para ello , cientos de kilómetros de canales.

Pero el agua del río Burbia, siguiódesde cientos o miles de años, arrastrandosedimentos auríferos camino de Villafranca y el Sil, eso es demostrable y de sentido común, razón por la cual, es muy fácil encontrar trozos compactos de piedras provenientes de los lugares mencionados, como también los son de granito procedente de Porcarizas o Campo del Agua entonces la idea lejos de ser descabellada, nos induce a pensar que las aguas bravas de los arroyos que componen el río Burbia nos pueden ofrecer muchas sorpresas.
Se sabe que en esta población villafranquina siempre hubo muchos señores que se ganaban la vida apartando las piedras de las márgenes del río y extrayendo la arena quedespués de una selección vendían como podían para la construcción de casas u otros menesteres, unas vecesconvertida en lo que ellos llamaban: graba, arena para mortero o bien enotras ocasiones enarena fina para raseo, que naturalmente tenían unosprecios que las distinguían.

Los chiquillos del pueblo, en ocasiones al tiempo de tomar un baño, disfrutábamos tirándonos sobre la arena caliente que resultaba sumamenteagradable debido a la frialdad del agua y la inconsciencia de bañarnos en épocas alejadas del verano y que en ocasiones, tenían el añadido de las riñas de los areneros cuando nos descubrían desparramando su trabajoy nos hacían correr descalzos por las piedras con las ropas y el calzado en las manos, pero debo de ser honesto y reconocer que, pese a las riñas, jamás llegaron a más que amenazarnos con decírselo a nuestros padres, algo que si cumplieron al tiempo quetambién salvaron a más de uno de perecer ahogado por nuestra inconscienciajuvenil. Pasaron los años y el villafranquino fuera hombre o mujer que no supiera nadar, era el hazmerreírdel pueblo, mientras que los jóvenes buscábamos otros pozos más alejados donde habitualmente se bañaban las mujeres, mientras nosotros emulábamos a Tarzán tirándonos de cabeza desde las peñas o buscábamos incansables debajo del agua las pulseras o cadenas de poco precio que ‘ perdían’ las chicas. Un día, cerca de La Leitosa, descubrí a una parejaque bateaba arena en busca de oro, mientras otro miembro de la familia, se movía con un aparato que a mí se me antojó que estaba loco y que pasados los años, descubrí que era un detector de metales, llamándome tanto la atención que en una ocasión convencí a un amigo de familia pudiente que iba a disfrutar de la playa y se entretenía con su detectorpara que me sacara de dudas, algo que hizo aumentandoen mí la curiosidad demostrándome que Villafranca, está edificada sobreel oro proveniente de La Leitosa, encontrándose en la mayoría de las viejas edificaciones y lugares más insospechados.Lo que me hace pensar en aquellos señores que se dejaron la salud entre millones de gotas de sudor, trabajando de sol a sol , sin ropas de abrigo , paleando millones de partículas de oro, que cobraban a precios de miseria….
Archivado en
Lo más leído