El Nou Estadi, la Creu Alta, arlequín... cuando aprendimos idiomas y arte

Esto empieza a oler a historia, la Cultural se la juega ante uno de los clubes más singulares por su repetido campo, la Creu Alta, y esas camisetas arlequinadas

Fulgencio Fernández
23/07/2020
 Actualizado a 23/07/2020
Parte del álbum del C.E. Sabadell de la Liga 67-68, con el portero Martínez, Isidro (el padre de Quique Sánchez Flores), Sertucha, Muñoz y Marañón. | L.N.C.
Parte del álbum del C.E. Sabadell de la Liga 67-68, con el portero Martínez, Isidro (el padre de Quique Sánchez Flores), Sertucha, Muñoz y Marañón. | L.N.C.
«¡Gol en la Condomina!» y «¡Gol en la Creu Alta!» son de esas frases que quedan en la memoria colectiva como resumen de una época, en este caso la época de la radio cuando el estridente pitido precedía al grito del locutor: «¡Gol en la Condomina!».

¿Quién sabe porqué hanquedado en la memoria estos nombres? Desde luego no es porque fueran los más habituales en marcar, ni el Murcia ni el Sabadell. Pero saber que este jueves la Cultural se la juega contra ‘los laneros’ o ‘los arlequinados’, los del «¡Gol en la Creu Alta!» es tanto como darse cuenta de que esto empieza a oler a historia, y que nos perdone del Yeclano, que con esa rima no ha pasado a la historia más el Alcoyano y fue por su moral, no por sus goles, que los había dejado para la prórroga y no se la concedieron.

El caso del Sabadell podría decirse que tiene cierto paralelismo con la Cultural... si la Cultu hubiera logrado estar 12 años en Primera y dos décadas en Segunda. Paralelismo en el sentido de que la Cultural se ganaba un hueco el anecdotario y las voces del carrusel de la radio por su nombre, que es un buen banderín de enganche si detrás hubiera algo; como el Sabadell (con dos eles, ya era una excentricidad) se lo ganó por su camiseta única en el fútbol español, arlequinada, a cuadros, imitando al arlequín de la antigua comedia del arte y hasta a la obrade Picasso, uno de esos nombres que se pronunciaba en voz baja pues decían las malas lenguas que era comunista, mujeriego y vivía en el extranjero. Uff.

De aquellos años del fútbol en la radio ha quedado la voz del locutor: ¡Gol en la Condomina! y ¡Gol en la Nova Creu Alta! Pero tenía más glamour irreverente aquel Sabadell de los sesenta y los setenta en Primera División. Con él, sintonizando la radio, aprendimos (o, al menos, lo pudimos escuchar) catalán cuando el locutor gritaba: «Gol en la Creu Alta». Y hasta se atrevían después del 68 (¿el mayo francés?) con un matiz, en el Nou Estadi.

- ¿Creu Alta?;decían las abuelas.
- Cruz Alta.
- Ah, bueno.

También nos acercaba a ellos su otro nombre –además de arlequinados– de laneros, por la cosa textil. Que ellos la trabajarían, pero la lana seguramente sería nuestra. O podía.

En el Sabadell, con dos eles, jugó uno de esos genios locos: el peruano Seminario, apodado El Loco, fue pichichiTenía gancho el equipo arlequinado, tanto que en la portada del álbum de los cromos del 68 aparecían cinco figuras: Müller (Barça), Gento (Madrid), Griffa (Atlético), Marcelino (el del gol a Rusia, del Zaragoza) e Isidro, del Sabadell, padre de Quique Sánchez Flores. Aunque bien pudiera haber estado Seminario, aquel peruano apodado El Loco, un genio, el único peruano en ser Pichichi y uno de los dos que le ha marcado tres goles a Inglaterra en un solo partido.

Después –en eso sí se parece a la Cultu– en 1993 bajó a Tercera y se bate en el barro y el pozo de la 2ª B. Hoy se la juegan dos que quieren remontar el vuelo. Hay historia en este partido.
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