15/11/2015
 Actualizado a 19/09/2019
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Llevo quince días, los que separan cada una de mis columnas en este periódico, buceando en el archivo del NO-DO que la Filmoteca Española ha puesto a disposición de todos a través de la web de RTVE. Lo que empezó como una simple curiosidad periodística se ha convertido en una obsesión, ya que me propuse visionar todas las noticias y documentales vinculados a León.

He revisado más de un centenar de piezas y acumulo un millar de minutos pegado a la pantalla del ordenador. ¿Para qué? Eso mismo me pregunto yo, porque al principio solo buscaba imágenes antiguas de la provincia, sus gentes y paisajes con la idea de contar algo gracioso a mis lectores desde esta tribuna.

Entre los noticieros (NO) de este ‘youtube’ franquista me he topado varias veces con el Caudillo por nuestra tierra: aclamado por una inmensa masa cazurra (1962), bajo palio y de congreso eucarístico (1964) o estrenando por todo lo alto el Parador de San Marcos (1965). También me he recreado con la restauración del Paso Honroso (1951), la llegada del tren a Brañuelas (1955) o aquel centenario de la línea ferroviaria Palencia - León (1963).

He visto con atención una repoblación forestal a cargo del Frente de Juventudes (1943), pueblos sepultados por la nieve (1954), la inauguración de la Escuela de Comercio (1960) y un concurso de galgos que ganó ‘Portillana’ (1962). Mención aparte merece la representación de ‘El Pastor Loco’ en la mismísima Catedral (1958), el devastador incendio que sufrió este templo (1966) o imágenes en blanco y negro de sus coloridas vidrieras (1971).

En el ámbito deportivo este fondo audiovisual nos deja una etapa de montaña en la Vuelta Ciclista a España (1956), el descenso del Esla en piragua con victoria del Club Casino (1972) y un partido de balonmano en el Palacio de los Deportes (1972).

En el apartado documentales (DO) destaco tres títulos: ‘Lucha Leonesa’, con la voz de Matías Prats (1970), ‘Tierras de León’ (1973) y ‘¿Qué sucede en Riaño?’ (1983). Este último visionado es lo más bizarro que me ha entrado por los ojos durante esta quincena. Se lo recomiendo, pero con cuidado ya que podría herir su sensibilidad. Llama la atención que esté fechado en el año dos de la era ‘felipista’ y también que, en el arranque, el director mire a la cámara para aclarar que «este presunto barullo no es culpa de Franco ni de los socialistas, sino de un viaje que hicieron juntos por Tierra de Campos el escritor Ramón Pérez de Ayala y el político Indalecio Prieto». De traca...
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