El museo del Padre Isla

El Instituto Padre Isla de León ha inaugurado, en el marco de su 175.º aniversario fundacional –de ello hablábamos aquí el mes pasado–, un pequeño museo en el que expone parte de su historia –que es también historia de León–, ubicado en su planta baja, en una parte de lo que, en mis años de alumno, era el ‘aula de usos múltiples’… que alguien decidió rebautizar –con un rotulador permanente de los gordos– como ‘jaula de abusos múltiples’…

Por si no lo sabes, se realizan visitas guiadas –en el propio centro te dirán cómo hacer–; yo tuve ocasión de participar en una y, la verdad, me dejó muy buen sabor de boca… y eso que, por momentos –lo confieso–, me sentí mayor: allí estaban, como ‘material de museo’, un carro de diapositivas o un retroproyector…

El profesor responsable del museo, Pedro Víctor Fernández, fue recorriendo la muestra, en la que se encuentran objetos de todo tipo relacionados con la vida del centro –lástima de no contar con un catálogo, tal vez en su web–, desde fotografías históricas o una moldura decorativa ‘salvada’ del emblemático edificio de Ramón y Cajal hasta birretes de catedrático o un bombo para el sorteo de temas, pasando por un modelo anatómico de una rana, un cono de Apolonio, una maqueta de una sembradora, un fémur de un mastodonte, una pila Daniell, un carrete de Ruhmkorff…, además de elementos de la capilla –crucifijos, leccionarios, vinajeras…– o mobiliario antiguo. Eché de menos, eso sí, objetos relacionados con la astronomía, tan importante en el instituto, cuyo observatorio sigue siendo hoy símbolo del centro.

Mención aparte merecen su archivo –expuestos están, por ejemplo, un examen de Latín de Gumersindo de Azcárate o una carpeta de notas de bachilleres de la década de 1920– y su ‘biblioteca noble’, que cuenta con una buena colección de volúmenes de siglos atrás, caso de un ejemplar de 1549 de la ‘Historia Natural’ de Plinio el Viejo u otro de 1567 de la ‘Summa contra gentiles’ de Santo Tomás de Aquino.

Tiene buena pinta, ¿a que sí?