Continúa la presentación de rutas otoñales, en especial en hayedos, repletos de colorido con sus hojas a punto de caer para recibir la nieve invernal. Como ha nevado antes de la caída de la hoja, algunas ramas se han cargado de nieve y no han podido resistir el peso cayendo sobre el bosque y los caminos. La nieve ha dejado paso a la lluvia y, aunque aún persisten zonas nevadas, se puede caminar perfectamente por el hayedo.
Los caminos que se van a recorrer son para la atención del arbolado del bosque, y no tienen continuidad. Aunque es posible ascender al pico Runción, el último tramo es tierra y roca pelada, sin arbolado, por lo que se ha optado por andar los caminos, recorrer algún sendero al final de los mismos y regresar por el camino de abajo, volviendo a los Caspiazos.
La ruta es especial para el otoño y en la parte superior del bosque se encuentran varios robles, alguno de ellos muy corpulento y en el descenso hay un tramo en el que se mezclan ambas especies lo que da un colorido especial al bosque con las hayas amarilleando y los robles con las hojas aún verdes.
Desarrollo de la ruta
Comienza la ruta en la localidad de Cofiñal, la carretera la cruza de sur a norte, y a la mitad existe un camino a la izquierda que baja hacia el río, cerca de la antigua escuela, donde se puede aparcar. Se cruza el Porma por un puente y se sigue hasta un cruce de caminos, donde se toma el de la derecha y un poco después, llagando al Prao Nuevo, el de la izquierda continuando una ascensión entre matorral, principalmente piornos, para girar poco después a la derecha entrando en el bosque por un camino que sigue por la ladera de la Guaría. El camino es largo y con las hayas a ambos lados. Se van cruzando varios arroyos, más bien torrenteras que bajan de las empinadas cuestas, aunque el camino no tiene demasiado desnivel, pues se va subiendo poco a poco. Al llegar a un arroyo se sube por el sendero, o bien se sigue el camino girando a la izquierda, para salir a la loma de los Caspiazos, desde donde se ve perfectamente el pico de San Justo hacia el norte y las vegas de Entrevados recorridas por el arroyo que viene del lago de Isoba. Se sigue subiendo durante un tramo por el camino que va al monte, viendo alguna mata de acebos llenos de frutos rojos y cuando el camino se acaba, porque es un camino para cuidado y trabajos del bosque, se pueden dar unos paseos por las sendas existentes, para volver bajando por la misma ruta, hasta la loma, donde se desciende el camino por la izquierda con la Peña de San Justo de frente, para llegar a otra loma bajera, la de Entrevados en la que la vista es espectacular entre rocas, sobre todo hacia las montañas del sur y las vegas del Porma. Desde ese punto el camino da un brusco giro a la derecha y comienza a bajar entre robles y hayas hasta que llega a la altura del río, donde se puede caminar un poco para contemplar el hayedo desde fuera, y seguir por el camino más tarde en su interior, bordeando los prados. Se regresa al Prao Nuevo, donde se enlaza con el camino de subida, y de allí al puente sobre el Porma y al punto de inicio donde finaliza la ruta.
