El Ministerio de Ciencia reconoce la valía de Caléndula

El Consejo de Política Científica, Tecnológica y de Innovación incluye al Centro de Supercomputación en el mapa de Infraestructuras Científicas Singulares

L.N.C.
18/01/2019
 Actualizado a 13/09/2019
El Centro de Supercomputación está en el campus. | L.N.C.
El Centro de Supercomputación está en el campus. | L.N.C.
El Consejo de Política Científica, Tecnológica y de Innovación (CPCTI), dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, aprobó el 19 de noviembre el nuevo mapa de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares, en el que se ha incorporado el supercomputador Caléndula, operado por el Centro de Supercomputación de Castilla y León y con sede en el campus de Vegazana. Caléndula se convierte así en la tercera ICTS de la comunidad, junto al Centro de Láseres Pulsados Ultraintensos de Salamanca y el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos, y en la primera de titularidad exclusiva de la Junta de Castilla y León.

El término ICTS hace referencia a infraestructuras de I+D+i que, individualmente o coordinando varias instalaciones, prestan servicios para desarrollar investigación de máxima calidad, así como para la transmisión, intercambio y preservación del conocimiento, la transferencia de tecnología y el fomento de la innovación. El fin último es la puesta a disposición de la comunidad científica, tecnológica e industrial nacional e internacional de infraestructuras científico-técnicas de vanguardia, indispensables para el desarrollo de una investigación científica y tecnológica competitiva y de calidad, entendiendo por tales aquellas que son únicas o excepcionales en su género, con un coste de inversión y/o mantenimiento y operación muy elevado y cuya importancia y carácter estratégico justifica su disponibilidad para todo el colectivo de I+D+i.

Las ICTS poseen tres características fundamentales: son infraestructuras, esto es, instalaciones y servicios donde los científicos pueden realizar actividades de investigación; son singulares, es decir, son muy difíciles y costosas de replicar y mantener; y están abiertas al acceso competitivo de usuarios de toda la comunidad investigadora del sector público y privado enmarcados en la investigación científica y técnica de excelencia.

Una ICTS distribuida, como es el caso de la Red Española de Supercomputación (RES), se crea con el objetivo de aunar infraestructuras dentro de la misma área temática que cuentan con mecanismos para su coordinación operativa y estratégica, priorizando frente a las propuestas individuales, las infraestructuras distribuidas geográficamente que pongan en común sus capacidades mediante un protocolo de acceso único y una estrategia común, constituyendo de este modo la ICTS distribuida.

En 2015, el Centro de Supercomputación de Castilla y León (Scayle) ya se había incorporado a la RES, una de la 62 Infraestructuras Científico y Técnica Singulares reconocidas por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y que constituyen el núcleo de la investigación de vanguardia en España.

Con la participación de Scayle dentro de la Red Española de Supercomputación-RES a través del superordenador Caléndula, se ha dedicado parte del sistema de cálculo a proporcionar horas de cálculo a los investigadores que participan de las convocatorias de la RES. De la misma forma, a dichos investigadores también se les proporciona soporte por parte del personal técnico de Scayle, para conseguir que los cálculos que realicen sean lo más optimizados posible.

Durante este tiempo, a Scayle se le han asignado aproximadamente 25,5 millones de horas de procesador a los diferentes proyectos y han hecho uso del sistema de cálculo más de 30 grupos investigadores. Entre los proyectos asignados a Caléndula, dirigido por Vicente Matellán, se pueden mencionar trabajos de investigación sobre nuevas técnicas de radioterapia, cálculos sobre tectónica de placas, investigación sobre nuevos materiales o el análisis de datos provenientes de diferentes instrumentos de observación del universo, o colaboraciones tan relevantes como fue la cesión de horas de Caléndula al proyecto ‘Merger and gravitational wave signal of non-precessing black holes with large spins’, que fue Premio Nobel de Física 2017.
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