La demanda de energía eléctrica por parte de las fábricas y los comercios en la comunidad se situó el ejercicio pasado en los 8,6 millones de megavatios hora (MWh) frente a los 9,4 millones registrados en 2019 y los 9,2 millones en 2018. Hay que remontarse a a los años 2013 y 2014 para ver un consumo tan bajo en estos sectores, cuando se registraron 8,3 y 8,4 millones, respectivamente.
El consumo de energía de las empresas es uno de los mejores indicadores de la actividad económica. No en vano, una mayor demanda de electricidad suele estar relacionada con un incremento de la producción y una caída está provocada por un parón de las empresas, como ocurrió durante varios meses del año pasado.
Y así lo atestigua el Índice de Producción Industrial (IPI) en Castilla y León que cerró 2020 con una bajada del 8,9 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), después de reconocer que la pandemiageneró que los sectores industriales sufrieran «intensamente».
El impacto del consumo de la electricidad en la industria fue brutal desde la declaración del estado de alarma por la pandemia, con retrocesos del 13,2 y del 29,5 por ciento en marzo y abril de 2020, respectivamente, que continuaron en mayo, con un 22,9 por ciento, y en junio, pese a la entrada en la nueva normalidad, con un 14,2 por ciento menos en comparación al periodo del año anterior.
En el sector servicios, se repitió el patrón con cifras negativas en marzo (11,4 por ciento), abril (-27,9 por ciento) y mayo (-23,8 por ciento) con respecto a los mismos meses de 2019. La situación no comenzó a mejorar hasta verano, con pérdidas del 2,1 por ciento en julio y del 0,4 por ciento en agosto.
La última memoria del Ente Regional de la Energía (Eren) consultada por la Agencia Ical recoge que el consumo total de la energía eléctrica en la Comunidad en 2020 bajó un 5,8 por ciento con respecto al año anterior, un porcentaje que es ocho décimas más que la media nacional, donde la demanda de electricidad cayó un cinco por ciento, hasta los 236,2 millones de MWh.
Por provincias
Sin embargo, aunque todas las provincias experimentaron bajadas en el consumo total de electricidad a lo largo de 2020 en comparación con el ejercicio anterior, la caída no fue igual en todas. Destacó la caída de Soria (-13,5 por ciento, hasta los 682.132 MWh) y también estuvieron por encima de la media autonómica Valladolid (-7,8 por ciento, hasta los 2,4 millones) y Burgos (-6,3 por ciento, hasta los 2,2 millones). El menor descenso tuvo lugar en Zamora, con un 1,5 por ciento menos (676.676 MWh), seguido de León (-3,1 por ciento, hasta 1,9 millones) y Segovia (-3,2 por ciento, hasta 8383.368 MWh), lo que evidencia la escasa industrialización de estas provincias, las tres por debajo de la media autonómica.
En la tónica regional, estuvieron Palencia (-5,8 por ciento, hasta 991.543 MWh), Ávila (-5,6 por ciento, hasta 584.276) y Salamanca (-4,4 por ciento, hasta los 1,3 millones de megavatios).
En cuanto a la caída de la demanda de electricidad para uso industrial y servicios,sobresalió el descalabro sufrido por la provincia de Soria, donde bajó un 16,7 por ciento en el año de la pandemia, hasta los 541.090 megavatios, que contrasta con la bajada del 3,2 por ciento en Zamora (436.491 MWh).
De hecho, el peso industrial de las provincias de Valladolid y Burgos tiene su incidencia en el consumo total del sector en la Comunidad. No en vano, ambos territorios suman el 43 por ciento de la demanda eléctrica de las fábricas y los servicios.En el caso de Valladolid, la demanda de electricidad entre las empresas cayó un 10,4 por ciento, hasta los 1,8 millones de megavatios mientras que en Burgos fue del ocho por ciento, hasta los 1,8 millones.Ávila también sufrió un descenso importante del 10,2 por ciento (355.313 MWh) pero es el territorio de la comunidad con menor consumo.
El listado se completa con Segovia (-7,8 por ciento y 563.843 MWh), Palencia (-7,5 por ciento y 804.669 MWh), León (-7,2 por ciento y 1,2 millones de MWh) y Salamanca (-6,9 por ciento y 906.666 MWh).
Pese a la caída del 8,6 por ciento consumo entre las industrias de la comunidad, los clientes del sector empresarial y servicios acaparan el 73,1 por ciento del total de la demanda de electricidad de la región frente al 25,8 por ciento de los particulares.
Gas y los hidrocarburos
La memoria del Eren consultada por Ical también recoge el consumo de gas natural en la comunidad, con una bajada total del 2,9 por ciento a lo largo de 2020, muy inferior al descenso experimentado en España, donde la demanda de esta energía bajó un 15,9 por ciento.