El milagro de la Fiesta de la Poesía

Solo en Villafranca, a orillas del Burbia y en medio de la poesía de la que hizo una fiesta, los ruiseñores y jilgueros podían enmudecer cuando se les mecionaba en boca de González-Alegre. Justo cuando este hablaba de su discusión con un amigo en Florencia sobre si el canto de aquellos pájaros locales eran los más afinados, los de La Alameda callaron

Ramón Cela
12/08/2018
 Actualizado a 13/09/2019
Las flores tienen mucho de poesía en los balcones de Villafranca. | Cela
Las flores tienen mucho de poesía en los balcones de Villafranca. | Cela
Hace más de veinte años que Ramón González -Alegre hizo enmudecer a losruiseñores y jilgueros del Jardín Romántico de La Alameda de Villafranca del Bierzo en una Fiesta de la Poesía, donde él era el mantenedor. Se dice que nadie como él consiguió un milagro similar. Ignacio Linares de la cadena Onda Bierzo, se afanaba en arreglar algo que no se había estropeado y que no era otra cosa que losruiseñores y jilgueros atentos a las maravillosas y sabías palabras de González- Alegre, no se quisieron perder, cuando este contó la anécdota que le había ocurrido en su última visita a Florencia, donde mantuvo una pequeña discusión con un buen amigo florentino, quienpresumía en su presencia de que los ruiseñores y jilgueros florentinos, eran los que tenían los trinos más afinados del mundo.

Pasado el acto, Ignacio Linares, que a la sazón estaba situado en un alto de Villafranca para ofrecer en directo la Fiesta de la Poesía villafranquina, me preguntaba cómo había sucedido aquel milagro de que los pájaros enmudecieran. Naturalmente, yo como el resto de los asistentes al acto no podíamos dar crédito a lo que más adelante se llamó ‘El milagro de los ruiseñores’, que una vez terminada de contar la anécdota en la que él decía que no eran los de Florencia los más afinados sino los de Villafranca del Bierzo, comenzaron a trinar como si se hubieran puesto locos. Yo sé que al lector esto que digo le sonará a fábula o a cualquier brote de mente calenturienta, pero es totalmente cierto cuanto aconteció y que Cremer, Gamoneda y el inolvidable Pereira, escribieron sobre este extraño suceso sucedido en una fiesta, donde se dan cita cada año, esos artistas de las letras, que algunos insensibles llaman locos.

Así, después de más de cuarenta años, nos encontramos que una población tan menguada en la actualidad como habita en Villafranca, se pueden encontrar un buen número de artistas tanto de las letras, la música como la plástica y ya no se le llama loco a aquel que escribe libros, hace magníficas fotografías o pinta cuadros pictóricos, porque si no hace esto, seguro que sabe tocar y con maestría un instrumento musical y ya solo nos quedan muy poquitos que dedican su vida al deporte y poco o nada a los juegos de salón.

Puede que se considere erróneamente apático al villafranquino, puede que se le critique su poco afán de conseguir proyectos y bienestar para la colectividad y hasta podríamos asegurar que si prendiera la mecha del progreso en la mente de muchos, Villafranca, sería, en un espacio corto de tiempo, la población con más recursos a explotar de toda la provincia leonesa. Después de muchos y exhaustivos análisis efectuados por expertos en psicología y sociología, se ha llegado a la conclusión de que el villafranquino se siente cómodo con su vida interior y sin sobresaltos que le lleven a no perder el hilo conductor del cual depende su vida.

Que el habitante de esta población a orillas del río Burbia, bebe con ficción esas aguas puras y transparentes, que le transporta a un mundo que algunos llaman irreal, pero que para muchos es su vida y, por lo tanto, no la cambiarían por nada que otros llamarían real. De esta manera, vemos como cada uno hace de su vida el jardín en el cual cultiva, sus plantas maravillosas que le llevan al éxtasis de sus gustos o aficiones, lo que da motivo a que miles de flores adornen fachadas o jardines, por donde sin duda, serán muy escasos los visitantes que las puedan admirar, pero como es su vida esta afición, de nada le sirven los halagos o frases bonitas que llenen su ego queya está repleto desde el momento en que comienza a preparar la tierra donde ha de plantar la simiente que considera que ha de dar los mejores frutos. Haciendo este recorrido por los artistas villafranquinos, no podemos ni debemos olvidar a los hortelanos de Villafranca, o San Fiz de Corullón, de Horta o Vilela, grandes desconocidos, pero que, en definitiva, son auténticos genios de la agricultura a pequeña escala, porque, como es menester en este tipo de personajes, no importa tanto el dinero, como sí el producto que se ha de llevar al mercado para que propios y extraños admiren lo que es un trabajo bien hecho, consiguiendo las mejores plantas de los mercados entre Astorga y Lugo, o la exhibición de las más grandes y dulces cebollas conseguidas en pequeños y cuidados pedazosde tierra bañada con el agua del río Burbia, que está declarado de alto valor fluvial por el Consejo de Ministros de hace pocos años, al no tener ningún tipo de contaminación desde que nace, hasta pasada Villafranca.

Aquí como en La Fiesta de la Poesía, los ruiseñores y jilguerosse alimentan de los mejores productos de la huerta. Aquí sin duda, está la clave del por qué estos tipos de pájaros trinan mucho mejor que los de Florencia, aquí, donde elhortelano es un jardinero, un poeta a su manera, es donde se puede decir, que se encuentrael conservatorio de los ruiseñores y jilgueros, que causaron el‘Milagro de la Fiesta de la Poesía’.
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