El milagro al revés: la Virgen que desaparece

La Virgen de las Nieves del Pico Urriello, muy popular entre los montañeros, desapareció de su pedestal en el mítico Naranjo de Bulnes. El guía leonés Mario Blanco descubrió su robo y el montañero Enrique Martín la encontró despeñada

Fulgencio Fernández
24/09/2017
 Actualizado a 19/09/2019
La Virgen de las Nieves en su pedestal natural de la cima del Pico Urriello, de donde desapareció la pasada semana. | FOTO DE MARIO BLANCO PASCUAL
La Virgen de las Nieves en su pedestal natural de la cima del Pico Urriello, de donde desapareció la pasada semana. | FOTO DE MARIO BLANCO PASCUAL
En lo alto del Pico Urriello (el mítico Naranjo de Bulnes, aunque hay montañeros a los que no gusta este nombre) hay una imagen de una virgen, la de las Nieves como no podía ser de otra manera. Una imagen que resulta «entrañable o emotiva» en palabras de montañeros pero parece que no para todos pues la pasada semana nuevamente desapareció esta escultura de 13 kilos, esculpida en roca caliza por los artesanos de la cantería Cardín, de la localidad asturiana de Las Rozas.

Ya era la cuarta vez que ocurría un hecho similar en los últimos años, de hecho la ahora «despeñada» había sido repuesta en el año 2014. Digo despeñada pues el final de la desaparición se conoció el pasado viernes cuando dos montañeros —Enrique Martín y Javier Guzmán— la encontraron despeñada en medio de un canchal de piedra caliza. «No fue fácil pues encontrar una piedra caliza entre calizas es una casualidad», por lo que uno de ellos, Martín, no dudaba en decirle a Ramón Díaz, corresponsal de La Nueva España en la comarca que «fue un milagro».

Aunque más bien parece un milagro al revés pues se trata de una Virgen que en vez de «aparecerse» lo que le ocurre es que «desaparece».

Pero ése era el final de la historia, sin final feliz por cierto, pues en el inicio estaba el guía leonés Mario Blanco Pascual, que fue quien descubrió, con evidente disgusto, que la Virgen de las Nieves no estaba en su pedestal cuando subió a la cima acompañando a una pareja de leoneses. «No soy nada religioso, pero esta imagen no es un asunto de religión, es algo muy entrañable para los montañeros que subimos al Urriello», y confesaba, «yo cuando llego allí suelo darle un beso».El leonés buscó por los alrededores por si un temporal la hubiera tirado y estuviera por allí, pero no la encontró: «No puedo entender una falta de respeto así, que es de lo que se trata». Entre los guías, los guardas del refugio y las gentes de la montaña comenzaron a «acotar» cuando se produjo la desaparición y quiénes habían podido ascender al Picu en esas fechas. «Tuvo que ser el jueves pues el miércoles había fotos de gente que subió con ella y hasta el domingo no se había vuelto a ascender a causa de la tormenta...».¿Quién subió el jueves?En ello andaban pero también se barajaban otras teorías. «En los años 90 parece que eran bastante habituales desapariciones temporales, de gente de la montaña que le tenía fe y se la llevaban, generalmente porque tenían algún familiar enfermo grave» y así se llegó a hablar de un joven vecino de Cangas de Onís con su madre enferma. «Si fuera así la devolvería pero no creo, pesa mucho para llevarla una persona», conjeturaba Mario Blanco, quien tampoco veía muy viable que hubiera desaparecido como fruto de la tormenta. La tesis de que fuera tirada ganaba adeptos a la vista de algunos de los comentarios en las redes sociales, aunque no es menos cierto que era abrumadora la mayoría que condenaba el hecho y hablaba de respeto.Sergio González Bada, guarda del refugio, tampoco creía —en palabras recogidas en el periódico El Comercio— la teoría de haberla llevado «por una promesa. Es cierto que ocurría con frecuencia con una de las imágenes anteriores, pero la devolvían en el mismo día y en esta ocasión ya han pasado varias jornadas».La actual virgen era la cuarta que se colocaba en el Pico Urriello, en el año 2014 y sufragada con la iniciativa Pedaladas solidarias. «No se dejó fija porque había mucha gente que quería cogerla para hacerse una foto con ella».La primera (1954) se había colocado para conmemorar los 50 años de la primera ascensión, la de El Cainejo y Pedro Pidal. Pesaba 50 kilos.

En los años 70 fue sustituida por otra más manejable, más pequeña y menos pesada, colocada por un grupo cántabro de Montaña (Tejahierro).

Y 2010 fue el peor año para la Virgen de las Nieves del Urriello, ya que desapareció dos veces seguidas, con una semana de diferencia. Desapareció en junio, se repuso en septiembre y siete días después ya no estaba, hasta que en 2014 fue colocada la que ahora ha quedado muy deteriorada. «Lo grave es que estaba en mitad del camino de aproximación a la Rabada. Podía haber matado a alguien», señala Mario Blanco.

El hallazgo

El final de la historia, después de las teorías y conjeturas, fue su hallazgo por los dos montañeros citados, Enrique Martín y Javier Guzmán. Ya han comenzado a circular iniciativas para reponerla en el menor tiempo posible. El citado Blanco Pascual ha puesto en marcha una expresión: «Pongo mi mochila y mis ganas para volver a llevarla a su sitio» a la que se han sumado muchas gentes de la montaña, como Jorge Figueiras: «Como ateo que soy, le subiré unas flores y las dejaré en el lugar donde debería estar la Virgen de las Nieves».
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