El metaverso y el medio rural

Por Juan Pablo Regadera

Juan Pablo Regadera
28/10/2022
 Actualizado a 28/10/2022
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El Metaverso. Ese mundo digital e ideal que elimina todo tipo de barreras, ese espacio infinito donde no hay límites al número de usuarios o las actividades que pueden realizarse. Un entorno donde los humanos interactuamos e intercambiamos experiencias virtuales mediante nuestros “yos” digitales. En él, como reza un anuncio publicitario, los cirujanos podrán practicar ilimitadamente antes de enfrentarse a cuerpos de carne y hueso. En definitiva, un ciberespacio que actúa como metáfora del mundo real.

Sin embargo, el mundo real, nuestro mundo rural que paradójicamente está solamente a un clic de ese mundo virtual, es algo bien distinto, y los que tomamos decisiones en el ámbito de nuestras responsabilidades públicas no gozamos de ese “prueba y error” ilimitado: nuestros actos tienen consecuencias más o menos inmediatas sobre la vida de nuestros vecinos. Pero sin duda lo más gratificante es que los servidores públicos tenemos la inmensa fortuna de poder aportar nuestro granito de arena por y para el futuro de nuestros pueblos y nuestras gentes. No tenemos la varita mágica, pero sí las ganas de contribuir a que este medio rural, en mi caso particular del sur de la provincia, siga vivo. No existe una receta única, pero permítanme que enumere una serie de ingredientes que sin duda contribuyen a cocinar el deseado plato del reto demográfico, el freno a la despoblación, a la tan manida España vaciada:

- Ingredientes básicos que nunca deben faltar: educación, sanidad y servicios municipales. En los tres es fundamental la colaboración de la administración local con las superiores. En unos casos porque el ámbito competencial excede de las capacidades municipales y en otros por la necesaria ayuda financiera para acometer determinadas obras e inversiones. Implantar nuevos ciclos formativos y optativas que eviten que nuestros jóvenes se vayan a estudiar a la capital o reducir la ratio de pacientes por médico y los tiempos entre petición y cita médica son esenciales y debemos luchar por ello. La instalación de un helipuerto anexo al centro de salud, la próxima puesta en funcionamiento del parque de bomberos, el asfaltado de calles todavía en tierra de Valencia y su pedanía Cabañas, la renovación de colectores municipales, la reforma de la estación potabilizadora y automatización de los sistemas de captación para garantizar el agua de consumo humano, o la creación de un espacio céntrico y de fácil acceso para nuestros mayores son solamente algunos ejemplos de buenas prácticas. Como también lo es la reforma integral de la casa de la cultura, centro neurálgico de la vida coyantina durante el largo invierno. Un edificio que el año próximo cumplirá 40 años y para cuya rehabilitación hemos solicitado una subvención de 2,8 millones de euros dentro del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos.

Ingredientes básicos que nunca deben faltar: educación, sanidad y servicios municipales- La eficiencia energética es un ingrediente transversal que debemos incorporar para conseguir un futuro realmente sostenible. Así, el proyecto de la casa de la cultura supone una mejora del 60% respecto a la actual. Cuatro vehículos eléctricos para el servicio de limpieza viaria, la instalación de marquesinas fotovoltaicas en el aparcamiento de nuestras conocidas piscinas y farolas solares en su entorno, o la gradual conversión del alumbrado público a tecnología led son pasos que ya hemos dado. Y seguiremos el camino con la implantación de paneles solares en las captaciones de agua y en todos los edificios municipales, y con la sustitución de los contadores analógicos de agua de todo el municipio por una red monitorizada de contadores digitales. Para ambos hemos solicitado ayudas en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y permitirán un uso eficiente y racional de la energía y de los recursos hídricos.

- Y llega el ingrediente estrella: el empleo. El Polígono Industrial “El Tesoro” carece desde hace más de 12 años de suelo disponible para iniciar nuevos proyectos empresariales. Para solventarlo, hemos urbanizado 23.000 metros cuadrados adicionales de suelo industrial que en los próximos días comenzaremos a licitar por parcelas para implantar nuevas actividades empresariales que generen empleo y fijen población. Además, tenemos la obligación de poner los medios para que nuestros y nuestras jóvenes tengan una salida profesional y oportunidades de emprender aquí, en su casa, en su tierra y por su tierra. Por ello hemos solicitado al Gobierno de España 2,5 millones de euros para un proyecto de gran valor estratégico: la creación de una incubadora de ideas y un centro de coworking en esa ampliación del polígono. El tránsito ideal entre la formación y el asentamiento empresarial. 1.200 metros cuadrados en los que desarrollar ideas de negocio, ponerlas en marcha, compartir inquietudes, temores, recursos y cómo no, sinergias, entre sus usuarios. Calle Futuro es su nombre.

Añadan un generoso chorro de turismo desestacionalizado, decoren con importantes inversiones en el cuidado del patrimonio arquitectónico, sazonen con una pizca de voluntad, otra de ilusión y mucha fe y disfruten de un delicioso plato: futuro para el medio rural del sur de León.
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