Secundino Llorente

El marco de la foto de tu graduación

28/05/2020
 Actualizado a 28/05/2020
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La lista de descalabros, perjuicios, desgracias y daños ocasionados por esta pandemia en todos los sectores de la vida es inagotable. En el mundo educativo no iba a ser menos y los alumnos están sufriendo todos los problemas que ocasiona la educación a distancia. Posiblemente los más perjudicados serán los de segundo de bachillerato que se juegan una plaza en la universidad en el examen de selectividad durante los primeros días de julio. Siempre han estado muy nerviosos en estas fechas, pero este año, ante situación tan especial, con un examen más asequible, sólo los temas explicados en los dos primeros trimestres de enseñanza presencial y la novedad de la amplia posibilidad de elección de preguntas, se encuentran muy preocupados y casi histéricos, porque ellos son listos y saben muy bien que las notas de corte van a ser muy altas y se pondrá muy difícil la consecución de una plaza para la carrera y facultad preferida.

El único desahogo en este periodo de inquietud y agitación de final de curso para estos muchachos que se preparaban para la selectividad era su fiesta de graduación, posiblemente uno de los días más memorables en su vida. Solía coincidir con este próximo fin de semana, el último viernes de mayo, para todos los colegios e institutos de León. Recuerdo que tenían que reservar el restaurante en el primer trimestre, porque llegaba a ser muy complicado conseguir un local apropiado para la cena de ciento cincuenta personas en ese viernes concreto. Reúne muchos alicientes esa fiesta para ser una celebración especial: despedida del instituto y acceso a la universidad, coincide con su mayoría de edad al cumplir los dieciocho años, suele ser su puesta de largo y el mejor momento de su vida. Muy elegantes ellos y ellas, con vestidos y trajes de gala. Las alumnas luciendo joyería, manicura, maquillaje y peluquería. Es como una explosión de elegancia y belleza que tiene poco que ver con aquellos alumnos que tuvimos en clase los últimos seis cursos. También los padres, hermanos, abuelos y familiares suelen ir a juego con la elegancia del evento. No se escatima ningún gasto porque el momento se lo merece, posiblemente incluso tanto como el día de su boda.

Conservan las fotos de esa fecha como verdaderas joyas. Las madres, y sobre todo las abuelas, las tienen enmarcadas por todas las casas. No deja de ser su mejor recuerdo. En estos días de confinamiento por la cuarentena me he entretenido ordenando las fotos del instituto por si algún día se necesitasen. Son muchas, muchísimas, más de cien mil y no he borrado ninguna: día de puertas abiertas, actividades lectivas, jornadas de esquí, concursos, olimpiadas, viajes a la Warner, Cataluña o Italia, graduaciones de cuarto y, especialmente, segundo de bachillerato. Estas son las mejores e irrepetibles en su vida.

La maldita Covid-19 amenaza este año con eliminar las graduaciones. La generación de los nacidos en el 2002 se podría quedar sin esas fotos memorables. Ellos no están preocupados por la pandemia porque son muy jóvenes, pero de ningún modo querrían que sus abuelos se contagiasen por su culpa en esa fiesta. Me imagino a sus profesores buscando alternativas: Organizar una telefiesta a base de vídeos. Aprovechar la entrega de notas de selectividad a mediados de julio. Esperar al 22 de diciembre, día de la lotería y comienzo de las navidades. O simplemente nada. No me gusta ninguna de estas posibilidades porque ninguna tiene la garantía de que no tengan que seguir utilizando la mascarilla y esa fiesta sin contacto y abrazos no tiene ningún sentido.

Queridos alumnos de colegios o institutos de León, si realmente no queréis ser los únicos sin fiesta de graduación, no tiréis la toalla. Esta es vuestra fiesta, con la que soñasteis durante varios años al ver la celebración de las generaciones anteriores. Siempre disponéis de un sistema fácil de convocatoria a través de vuestros grupos de Whatsapp, contáis con el apoyo total de vuestros padres y abuelos. Ellos son los que más disfrutan y también los que más lloran ese día. Ante un problema excepcional como el coronavirus tenéis que encontrar una solución excepcional. A los profesores no es necesario que les pidáis que apoyen vuestras iniciativas. «Ellos nunca van a privaros de vuestra graduación».

Mi propuesta es que hagáis lo mismo que se ha decidido para los juegos olímpicos o los grandes acontecimientos de este año. Se trasladan al verano de 2021. Vosotros podéis hacerlo también. El viernes, ‘día 3 de septiembre de 2021’, podría ser una fecha ideal y sin problemas de coronavirus, final de verano, los profesores estarán en los centros, aunque estos estén vacíos. Vosotros ya habréis volado, habréis pasado un año separados, cada uno en su nido, pero podréis aprovechar para volver a casa ese fin de semana. El reencuentro será especial. Podría ser la graduación más emocionante de la historia. Ya me apunto para veros en vuestra fiesta excelente y peculiar. Y lo más importante: «Vuestra abuela podrá disfrutar y caer una lagrimita cada día mirando en el armario del salón el marco de la foto de tu graduación».
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