El maestro bueno y mil cosas más

Molinaseca rinde homenaje al profesor de generaciones, Daniel Balboa, con una placa en la casa de la cultura que ayudó a impulsar

D.M.
15/08/2018
 Actualizado a 13/09/2019
Foto antigua de Daniel Balboa en su mesa de maestro. | L.N.C.
Foto antigua de Daniel Balboa en su mesa de maestro. | L.N.C.
En la memoria de varias generaciones de vecinos de Molinaseca queda el recuerdo de Daniel Balboa Balboa como un hombre «bueno, amable y que ayudaba a todo el mundo siempre que podía».

Daniel Balboa Baboa fue maestro en Molinaseca durante décadas “toda su vida. Aquí dio clase a cientos de niños. A los que destacaban les ayudaba a que pudieran hacer una carrera y a los que tenían dificultades les ayudaba dándoles clase por la tarde o por la noche”, recuerda su hija Rosi.

Daniel Balboa falleció hace ocho años a los 96 años de edad, pero su nombre quedará inmortalizado para siempre en uno de los lugares de su pueblo que él impulsó, la Casa de la Cultura. El maestro de Molinaseca tendrá un recuerdo en ese edificio, centro cívico y edificio de usos múltiples. El domingo 19 de agosto, a las 12:00 del mediodía, su pueblo le dedicará un acto de homenaje, impulsado desde el Ayuntamiento, en el que se descubrirá una placa con su nombre.En él estará su familia, sus hijas Maribel, Rosi y Tomasi, sus nietos y biznietos y un montón de vecinos y amigos que lo apreciaban y que querrán reconocer su labor y su trabajo por esa biblioteca y casa de cultura que desde ahora llevará su nombre.

Nació en 1913. Sus padres regentaban una tienda de ultramarinos en la pequeña villa por la que pasaban tantos peregrinos.«Entonces poca gente podía estudiar», recuerda su hija Rosi «pero él estudió, se fue a Astorga a seguir estudiando y luego a Ponferrada y a Comillas» para hacer el Magisterio. Se casó con Adoración Martínez y formó su familia en Molinaseca. «Fue juez, maestro, taxista y todo lo que podía en el pueblo». En unas décadas complicadas, sacó adelante a muchos alumnos «y se preocupó de que la gente del pueblo tuviera un lugar para reunirse, para ir a leer, a conversar».

Su familia recibe ahora con «agrado y satisfacción» este reconocimiento del pueblo para su padre «porque hizo mucho por sus vecinos».
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